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La Expulsión, Parte 3: Exégesis de Mateo 18

En el último video, vimos cómo el Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová ha distorsionado el significado de Mateo 18:15-17 en un intento ridículo de hacer que parezca apoyar su sistema judicial, basado en el sistema Farisaico con su castigo final de rechazo, que es una forma de muerte social, aunque a veces lleva a la gente a la muerte literal.

La pregunta sigue siendo, ¿qué quiso decir Jesús cuando pronunció las palabras registradas en Mateo 18:15-17? ¿Estaba estableciendo un nuevo sistema judicial? ¿Quería decir a sus oyentes que debían rechazar a cualquiera que pecara? ¿Cómo podemos estar seguros de lo que él quería comunicarnos? Si confiamos en los hombres para interpretar las palabras de Jesús, corremos el riesgo de ser engañados.

Hace algún tiempo, produje un vídeo titulado «Aprender a pescar». Se basaba en el dicho «Dale un pez a un hombre y lo alimentarás por un día. Enséñale a pescar y le darás de comer toda la vida».

Ese vídeo presentaba el método de estudio de la Biblia conocido como exégesis. Aprender sobre exégesis fue un verdadero regalo de Dios para mí, porque me liberó de la dependencia de las interpretaciones de los líderes religiosos. Con el paso de los años, he ido perfeccionando mi comprensión de las técnicas del estudio exegético. Si el término es nuevo para ti, se refiere simplemente al estudio crítico de las Escrituras para extraer su verdad, en lugar de imponer nuestro propio punto de vista y prejuicios preconcebidos sobre la Palabra de Dios.

Así que apliquemos técnicas exegéticas a nuestro estudio de las instrucciones de Jesús en Mateo 18:15-17 que las publicaciones de la Sociedad Watch Tower malinterpretan totalmente para apoyar su doctrina y políticas de expulsión.

Voy a leerlo como está en la Traducción del Nuevo Mundo, pero no te preocupes, consultaremos múltiples traducciones de la Biblia antes de que terminemos.

“Además, si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no escucha, toma contigo a uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos se establezca todo asunto. Si no les escucha a ellos, habla a la congregación. Si no escucha ni siquiera a la congregación, sea para ti exactamente como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos.” (Mateo 18:15-17 TNM).

Verás que hemos subrayado algunos términos. ¿Por qué? Porque antes de empezar a entender el significado de cualquier pasaje bíblico, debemos entender los términos utilizados. Si nuestra comprensión del significado de una palabra o término es errónea, entonces estamos destinados a sacar una conclusión errónea.

Incluso los traductores de la Biblia son culpables de hacer esto. Por ejemplo, si vas a bibliaparalela.com y miras la forma en que la mayoría de las traducciones traducen el versículo 17, encontrarás que casi todas usan la palabra «iglesia» donde la Traducción del Nuevo Mundo usa «congregación». El problema que esto crea es que hoy en día, cuando se dice «iglesia», la gente piensa inmediatamente que se está hablando de una religión en particular o de un lugar o edificio.

Incluso el uso que hace la Traducción del Nuevo Mundo de la palabra «congregación» conlleva la connotación de algún tipo de jerarquía eclesiástica, especialmente en la forma de un cuerpo de ancianos. Así que debemos tener mucho cuidado de no sacar conclusiones precipitadas. Y no hay razón para que lo hagamos, ya que ahora disponemos de muchas herramientas bíblicas valiosas al alcance de la mano. Por ejemplo, bibliaparalela.com tiene un interlineal que revela que la palabra en griego para iglesia es ekklesia. Según la Concordancia de Strong, también disponible a través del sitio web bibliaparalela.com, esa palabra se refiere a una asamblea de creyentes y se aplica a una comunidad de personas llamadas fuera del mundo por Dios.

Prácticamente el 100% de las traducciones de la biblia en español, traduce como “iglesia” la palabra ekklesia, sin embargo, encontramos una versión bastante interesante de este versículo que no da un sentido jerárquico a la palabra “iglesia”:

“Si tampoco les hace caso a ellos, manifiéstalo a la comunidad. Y si ni siquiera a la comunidad hace caso, tenlo por pagano o recaudador de impuestos”. (Mateo 18:17 Biblia La Palabra (España)).

Notemos que esta versión utiliza el término comunidad para referirse al cuerpo de Cristo o los Hijos de Dios en su colectividad, sin diferencias ni jerarquías. Todos eran hermanos, todos eran iguales.

Si estamos ejerciendo correctamente la exégesis, buscaremos ahora referencias cruzadas que nos proporcionen confirmación. Cuando Pablo escribió a los corintios sobre uno de sus miembros cuyo pecado era tan notorio que incluso los paganos se ofendían por ello, ¿estaba su carta dirigida al cuerpo de ancianos? ¿Estaba marcada como confidencial? No, la carta estaba dirigida a toda la congregación y correspondía a los miembros de la congregación tratar la situación como grupo.  Por ejemplo, cuando surgió la cuestión de la circuncisión entre los creyentes gentiles de Galacia, Pablo y otros fueron enviados a la congregación de Jerusalén para resolver la cuestión (Gálatas 2:1-3).

¿Se reunió Pablo sólo con el cuerpo de ancianos en Jerusalén? ¿Participaron sólo los apóstoles y los ancianos en la decisión final? Para responder a estas preguntas, veamos el relato del capítulo 15 de los Hechos.

“En su camino a Jerusalén pasaron por las regiones de Fenicia y Samaria. Allí les contaron a los cristianos judíos que mucha gente no judía había decidido seguir a Dios. Al oír esta noticia, los cristianos judíos se alegraron mucho. Pablo y Bernabé llegaron a Jerusalén. Allí fueron recibidos por los miembros de la iglesia, los apóstoles y los líderes. Luego Pablo y Bernabé les contaron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos”. (Hechos 15:3,4 Traducción en Lenguaje Actual).

Los apóstoles, los líderes y todos los miembros de la iglesia, decidieron elegir a algunos de ellos y enviarlos a Antioquía, junto con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas, a quien la gente también llamaba Barsabás, y a Silas. Estos dos eran líderes de la iglesia”. (Hechos 15:22 Traducción en Lenguaje Actual).

Ahora que hemos dejado que las Escrituras respondan a estas preguntas, sabemos que la respuesta es que toda la comunidad de hermanos y hermanas estaba involucrada en tratar con el problema de los judaizantes. Estos cristianos judíos estaban tratando de corromper a la recién formada congregación en Galacia insistiendo en que los cristianos volvieran a las obras de la ley mosaica como medio de salvación.

Siempre que leemos en las Escrituras cristianas una referencia a ekkesia, «iglesia», nunca se refiere sólo a un grupo de hombres mayores o ancianos, sino siempre a toda la comunidad.

Pablo escribió: “Queridos hermanos y hermanas de la iglesia de Dios en Corinto: Reciban saludos míos, y de nuestro hermano Sóstenes. Yo, Pablo, deseo de todo corazón que nuestro Padre Dios y el Señor Jesucristo les den mucho amor y paz. Dios me eligió para ser apóstol de Jesucristo, y también los eligió a ustedes para que vivan unidos a él y formen parte de su pueblo elegido. Así estarán unidos a nosotros y a todos los que adoran y alaban a nuestro Señor Jesucristo en todo el mundo”. (1 Corintios 1:1-3 Traducción en Lenguaje Actual).

Otra prueba de que la ekklesia de la que habla Jesús está formada por sus discípulos, es el uso que hace de la palabra «hermano». Jesús dice: «Además, si tu hermano comete un pecado…».

¿A quién consideraba Jesús un hermano? De nuevo, no suponemos, sino que dejamos que la Biblia defina el término. Haciendo una búsqueda en todas las ocurrencias de la palabra «hermano» se obtiene la respuesta.

“Mientras Jesús seguía hablando con la gente, su madre y sus hermanos llegaron a donde él estaba y lo esperaron afuera, pues querían hablar con él. Entonces alguien le dijo a Jesús:

—Tu madre y tus hermanos están afuera, y quieren hablar contigo.

Pero él le preguntó:

—¿Quiénes son en verdad mi madre y mis hermanos?

Jesús señaló entonces a todos sus discípulos y les dijo:

Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que obedece los mandamientos de mi Padre que está en el cielo, es en verdad mi madre, mi hermano y mi hermana”. (Mateo 12:46-50 Traducción en Lenguaje Actual).

Volviendo a nuestro estudio exegético de Mateo 18:17, el siguiente término que tenemos que definir es «pecado». ¿Qué constituye un pecado? En este versículo Jesús no se lo dice a sus discípulos, pero sí les revela esas cosas a través de sus apóstoles. Pablo se lo dice a los gálatas:

“Estas son las obras de la naturaleza pecaminosa: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odios, pleitos, celos, iras, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías y otras cosas como esas. Como ya les dije antes, se los repito ahora: los que llevan esa clase de vida no heredarán el reino de Dios”. (Gálatas 5:19-21 Nueva Biblia Viva).

Nota que el apóstol termina con » y otras cosas como esas».  ¿Por qué no lo explica todo y nos da una lista completa y exhaustiva de pecados como hace el manual secreto de los ancianos de los Testigos de Jehová? Ese es su libro de leyes, irónicamente titulado, Pastorear el Rebaño de Dios. Continua por páginas y páginas (de una manera legalista Farisaica) definiendo y refinando lo que constituye un pecado dentro de la organización de los Testigos de Jehová. ¿Por qué Jesús no hace lo mismo por medio de los escritores inspirados de las Escrituras Cristianas?

No lo hace porque estamos bajo la ley de Cristo, la ley del amor. Buscamos lo mejor para cada uno de nuestros hermanos y hermanas, tanto si son ellos los que cometen el pecado, como si son ellos los afectados. Las religiones de la cristiandad no entienden el amor de Dios. Algunos cristianos individuales -ramas de trigo en un campo de mala hierba- sí entienden el amor, pero las jerarquías eclesiásticas religiosas que se han construido en nombre de Cristo, no lo comprenden. Comprender el amor de Cristo nos permite reconocer lo que es pecado, porque el pecado es lo contrario del amor. Es así de simple:

“Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos. Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a Dios. Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. Se sabe quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo, porque cualquiera que no hace el bien o no ama a su hermano, no es de Dios”. (1 Juan 3:1,9,10 Dios Habla Hoy).

Amar, entonces, es obedecer a Dios porque Dios es amor (1 Juan 4:8) El pecado es errar el blanco al no obedecer a Dios.

“Si creemos que Jesús es el Mesías, en verdad seremos hijos de Dios. Y recordemos que, si amamos al Padre, también debemos amar a los hijos de ese mismo Padre. Y sabemos que amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos, cuando también amamos a los hijos de Dios”. (1 Juan 5:1,2 Traducción en Lenguaje Actual).

Pero, ¡espera! ¿Nos está diciendo Jesús que si uno de la comunidad de creyentes ha cometido un asesinato, o ha abusado sexualmente de un niño, todo lo que tiene que hacer es arrepentirse y todo estará bien? ¿Podemos perdonar y olvidar? ¿Le damos un pase libre?

¿Está diciendo que si sabes que tu hermano ha cometido no sólo un pecado, sino un pecado que constituye un crimen, que puedes ir a él en privado, hacer que se arrepienta, y dejarlo así?

Un momento. ¿Estamos sacando conclusiones precipitadas?  ¿Quién ha hablado de perdonar a tu hermano? ¿Quién ha hablado de arrepentimiento? ¿No es interesante cómo podemos llegar a una conclusión sin darnos cuenta de que estamos poniendo palabras en boca de Jesús? Veámoslo de nuevo. He subrayado la frase relevante:

“Por lo tanto, si tu hermano comete un pecado contra ti, vete a hablar con él a solas y hazle ver su falta. Si te escucha, habrás recuperado a tu hermano. Pero, si no escucha, vuelve acompañado de una o dos personas más para que todo asunto pueda confirmarse con el testimonio de dos o tres testigos. Si no los escucha a ellos, infórmaselo a la congregación. Y, si ni siquiera escucha a la congregación, entonces considéralo como alguien de las naciones y como un cobrador de impuestos”. (Mateo 18:15-17 TNM).

No hay nada sobre arrepentimiento y perdón.  «Oh, claro, pero eso está implícito», dices. Claro, pero eso no es todo, ¿verdad?

El rey David cometió adulterio con Betsabé y cuando ella quedó embarazada, él conspiró para encubrirlo. Cuando eso fracasó, conspiró para que mataran a su marido para poder casarse con ella y ocultar su pecado.  Natán acudió a él en privado y le reveló su pecado.  David le escuchó. Se arrepintió, pero hubo consecuencias.  Fue castigado por Dios.

Jesús no nos está dando un medio para encubrir delitos graves como la violación y el abuso sexual infantil. Nos está dando un medio para salvar a nuestro hermano o hermana de perder la vida eterna. Si nos escuchan, entonces deben hacer lo necesario para arreglar las cosas, lo que podría implicar acudir a las autoridades y confesar el delito y aceptar el castigo, como ir a la cárcel por violar a un niño.

Jesucristo no está proporcionando a la comunidad cristiana la base de un sistema judicial. Israel tenía un sistema judicial porque eran una nación con su propio conjunto de leyes.  Los cristianos no constituyen una nación en ese sentido. Estamos sujetos a las leyes del país en que vivimos. Por eso Romanos 13:1-7 fue escrito para nosotros.

Me tomó mucho tiempo darme cuenta de esto porque todavía estaba siendo influenciado por suposiciones debido al adoctrinamiento de la sociedad Watch Tower. Sabía que el sistema judicial de los Testigos de Jehová era erróneo, pero seguía pensando que Mateo 18:15-17 era la base del sistema judicial cristiano. El problema es que pensar en las palabras de Jesús como la base de un sistema judicial conduce fácilmente al legalismo y a un poder judicial: tribunales y jueces; hombres en posición de poder para dictar sentencias severas que alteran la vida de los demás, y finalmente, la necesidad de confesar pecados a los hombres y ser perdonados por los hombres.

No vaya pensando que los Testigos de Jehová son los únicos que crean un sistema judicial dentro de su religión.

Recuerde que los manuscritos griegos originales se escribieron sin saltos de capítulo ni números de versículo -y esto es importante- sin saltos de párrafo. ¿Qué es un párrafo en nuestro lenguaje moderno? Es un método para marcar el comienzo de un nuevo pensamiento o idea.

Todas las traducciones de la Biblia que he escaneado en bibliaparalela.com hacen de Mateo 18:15 el comienzo de un nuevo párrafo, como si se tratara de un nuevo pensamiento. Sin embargo, el griego comienza con una palabra conectiva, una conjunción, como «además» o «por lo tanto», que muchas traducciones no traducen.

Ahora mire lo que ocurre con su percepción de las palabras de Jesús cuando incluimos el contexto, usamos la conjunción y evitamos el salto de párrafo.

(Mateo 18:12-17 2001Translation.org)

«¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, pero una de ellas se extravía, ¿no dejará las noventa y nueve y buscará por los montes a la que se ha extraviado? Si la encuentra, os aseguro que se alegrará más por ella que por las 99 que no se han extraviado. Así es mi Padre que está en los cielos… No quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. Por eso, si tu hermano falla en algo, llévatelo aparte y háblalo entre tú y él a solas; entonces, si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, trae a uno o dos más, para que lo que diga pueda ser probado por boca de dos o tres testigos. Sin embargo, si se niega a escuchar incluso a ellos, debes hablar con la congregación. Y si se niega a escuchar incluso a la congregación, que se convierta en un gentil o en un recaudador de impuestos entre vosotros».

De ahí no deduzco la base de un sistema judicial. ¿Y tú? No, lo que vemos aquí es una manera de salvar a una oveja descarriada. Una manera de ejercer el amor de Cristo al hacer lo que debemos para salvar a un hermano o hermana de perderse para Dios.

Cuando Jesús dice: «si [el pecador] te escucha, has ganado a hermano», está declarando el objetivo de todo este procedimiento. Pero al escucharte, el pecador estará escuchando todo lo que tienes que decir. Si ha cometido un pecado realmente grave, incluso un crimen, entonces le dirás lo que tiene que hacer para arreglar las cosas. Podría ser incluso ir a las autoridades y confesar. Podría ser restituir a las partes perjudicadas. Puede haber muchas situaciones, desde las más insignificantes hasta las más atroces, y cada una de ellas requiere su propia solución. El amor dictará lo que debes decir y hacer en un esfuerzo por recuperar a tu hermano y a la vez, mostrar amor al resto también.

Repasemos lo que hemos descubierto hasta ahora. En Mateo 18, Jesús se dirige a sus discípulos, que pronto se convertirían en hijos adoptivos de Dios.  No está estableciendo un sistema judicial. En cambio, les está diciendo que actúen como una familia, y si uno de sus hermanos espirituales, un hijo de Dios, peca, deben seguir este procedimiento para restaurar a ese cristiano de nuevo en la gracia de Dios.  Pero ¿qué pasa si ese hermano o hermana no atiende a razones? Incluso si toda la congregación se reúne para dar testimonio de que él o ella está haciendo mal, ¿qué pasa si hace oídos sordos? ¿Qué hacer entonces? Jesús dice que la asamblea de creyentes debe ver al pecador como un judío vería a un hombre de las naciones, un gentil, o como verían a un recaudador de impuestos.

Pero ¿qué implica eso? No sacaremos conclusiones precipitadas. Dejaremos que la Biblia revele el significado de las palabras de Jesús, y ese será el tema de nuestro próximo video.

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