Me llamo Eric Wilson. Me criaron como testigo de Jehová y me bauticé a la edad de 14 años en 1963. Serví como anciano de los Testigos de Jehová durante 40 años. Con esas credenciales, puedo decir sin temor a una crítica válida que las mujeres de la Organización son tratadas como ciudadanas de segunda categoría. Creo que esto no se hace con mala intención. Los hombres y mujeres Testigos de Jehová creen que simplemente están siguiendo la dirección de las Escrituras con respecto al papel de cada género o sexo. Dentro del arreglo de la congregación de los Testigos de Jehová, la capacidad de una mujer para adorar a Dios está severamente restringida.

No puede enseñar desde el podio de la plataforma, pero puede participar en entrevistas o demostraciones con tal que un hombre conduzca la parte. Tampoco puede ella ocupar ningún puesto de responsabilidad dentro de la congregación, ni siquiera algo tan servil como proveer los micrófonos que se usan para obtener comentarios de la audiencia durante las reuniones. Hay una excepción a esta regla. Una mujer puede realizar tareas normalmente asignadas a un hombre si no hay hombres calificados disponibles. Pero si lo hay, entonces la mujer está eximida de la tarea.

Por lo tanto, he visto a hermanas maduras con años de experiencia y habilidades superiores de enseñanza pasar a un segundo plano, mientras que un joven de 19 años recién bautizado con rostro lleno de acné presume de enseñar y orar en nombre de un grupo de mujeres dos o tres veces mayor que él.

No sugiero que la situación de las mujeres dentro de la organización de los Testigos de Jehová sea única. El papel de la mujer dentro de la congregación cristiana ha sido motivo de controversia por muchos siglos. Claro que en años recientes ha habido cambios en algunas denominaciones las cuales han permitido hasta la ordenación de mujeres a papeles formalmente reservados para los hombres.

La pregunta a que enfrentamos mientras nos esforzamos por volver al modelo de cristianismo practicado por los apóstoles y los cristianos del primer siglo es cuál es el papel real de la mujer. ¿Tienen razón los Testigos con sus restricciones?  O, ¿es que van más allá de lo escrito, la iglesias que permiten a las mujeres llenar papeles que tradicionalmente se reservaban para los hombres solamente? En resumen, ¿cuál es el papel divinamente autorizado de la mujer dentro de la congregación cristiana?

Podemos considerar el asunto al buscar respuesta a tres preguntas principales:

  1. ¿Debería permitirse a las mujeres orar en la congregación?
  2. ¿Debería permitirse a las mujeres enseñar e instruir a la congregación?
  3. ¿Debería permitirse a las mujeres ocupar puestos de supervisión dentro de la congregación?

Estas son preguntas importantes, porque si nos equivocamos, podríamos obstaculizar la adoración de la mitad del cuerpo de Cristo. Esta no es una discusión académica. No podemos aceptar dos puntos de vista contrarias e irnos a casa con la idea que todos estamos bien con Dios.  No.  En este caso, ¡No!  Hablamos del derecho de cada cual a adorar a Dios como él quiere. Dios quiere.  Si nos interponemos en el camino, tendremos que responder a Dios en el Día del Juicio. Por el contrario, si estamos tergiversando la adoración apropiada de Dios al introducir prácticas que están prohibidas, también habrá consecuencias que afectarán nuestra salvación.

Permítanme intentar poner esto en un contexto que creo que todos seremos capaces de comprender: Soy mitad irlandés y mitad escocés. Soy tan blanco como una persona pueda ser. Imagínese si le dijera a un compañero cristiano que él no puede enseñar ni orar en la congregación porque su piel es de otro color. Y más que eso, ¿que me va a pasar si digo eso afirmando que se basa en la palabra de Dios?

Algunas denominaciones cristianas en el pasado han hecho afirmaciones tan escandalosas y anti bíblicas. ¿No sería eso una causa de tropiezo? ¿Qué dice la Biblia acerca de hacer tropezar al pequeño?

[muestra la imagen del hombre con la piedra de molino hundiéndose] (Marcos 9:42)

Podría argumentar que esa no es una comparación justa; que la Biblia no prohíbe a hombres de diferentes razas enseñar y orar; pero que sí prohíbe a las mujeres hacerlo.  Eso es lo que afirman los testigos entre otros.

Por lo tanto, no hagamos suposiciones. En cambio, examinemos las escrituras con una mente libre de todo dogma religioso y prejuicio cultural. Echemos una mirada imparcial al papel de la mujer dentro del arreglo de Dios. ¿Está listo? No. Supongo que no está listo. ¿Por qué sugiero esto? Porque estoy dispuesto a apostar que, como yo, piensa que lo único que tenemos que resolver es el papel de la mujer. Puede que esté trabajando bajo la premisa —como yo lo hice inicialmente—de que ya entendemos el papel de los hombres.

Si partimos de una premisa defectuosa, nunca lograremos el equilibrio que buscamos. Incluso si comprendemos adecuadamente el papel de la mujer, ese es solo un lado de la balanza. Si el otro extremo de la balanza tiene una visión sesgada del papel de los hombres, seguiremos desequilibrados.

¿Le sorprendería saber que los propios discípulos del Señor, los 12 originales, tenían una visión sesgada y desequilibrada del papel de los hombres en la congregación? Jesús tuvo que hacer repetidos intentos para corregir su pensamiento. Marcos relata uno de esos intentos:

“Pero Jesús los reunió a todos y les dijo: “Saben que los que parecen gobernar a las naciones dominan al pueblo y que sus hombres importantes tienen autoridad sobre la gente. Entre ustedes no debe ser así. Más bien, el que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que servir a los demás y el que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser el esclavo de todos. Y es que ni siquiera el Hijo del Hombre vino para que le sirvieran, sino para servir a los demás y para dar su vida como rescate a cambio de muchas personas”. (Marcos 10:42-45)

Todos asumimos que los hombres tienen derecho a orar en nombre de la congregación, pero ¿es así? Lo investigaremos. Todos asumimos que los hombres tienen derecho a enseñar en la congregación y ejercer supervisión, pero ¿hasta qué grado? Los discípulos tenían una idea al respecto, pero estaban equivocados. Jesús dijo que el que quiere ser líder debe servir, de hecho, debe asumir el papel de esclavo. ¿Su presidente, primer ministro, rey o lo que sea actúa como un esclavo del pueblo?

Jesús estaba adoptando una postura bastante radical para gobernar, ¿no es así? No veo a los líderes de muchas religiones siguiendo su dirección, ¿verdad? Pero Jesús dio el ejemplo.

“Mantengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. No; antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, al hallarse a manera de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento. Por esta misma razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo [otro] nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los [que están] en el cielo y de los [que están] sobre la tierra y de los [que están] debajo del suelo, y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre.” (Filipenses 2:5-11)

Sé que la Traducción del Nuevo Mundo recibe muchas críticas, algunas justificadas y otras no. Pero en este caso, tiene una de las mejores interpretaciones de los pensamientos de Pablo sobre Jesús expresados ​​aquí. Jesús estaba en la forma de Dios. Juan 1:1 lo llama «un dios», y Juan 1:18 dice que él es el «dios unigénito». Él existe en la naturaleza de Dios, la naturaleza divina, solo superado por el Padre todopoderoso de todos, sin embargo, se estaba dispuesto a renunciarlo todo, para vaciarse y, más aún, para tomar la forma de un esclavo, un simple humano, y luego morir como tal.

No buscó exaltarse a sí mismo, sino solo humillarse, servir a los demás. Fue Dios quien recompensó tal servidumbre abnegada exaltándolo a una posición superior y otorgándole un nombre por encima de cualquier otro nombre.

Este es el ejemplo que tanto hombres como mujeres dentro de la congregación cristiana deben esforzarse por imitar. Entonces, mientras nos enfocamos en el papel de las mujeres, no pasaremos por alto el papel de los hombres ni haremos suposiciones sobre cuál debería ser ese papel.

Para una investigación cabal, debemos comenzar en el puro principio: el jardín de Edén.

El hombre fue creado primero. Entonces la mujer fue creada, pero no de la misma manera que el hombre. Ella salió de él.

Génesis 2:21, 22 dice: “Por lo tanto Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y entonces cerró la carne sobre su lugar. Y Jehová Dios procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer, y a traerla al hombre.” (Génesis 2:21, 22 TNM)

Esto a veces se ridiculiza como un relato fantasioso, pero la ciencia moderna nos ha demostrado que es posible clonar un ser vivo a partir de una sola célula. Además, los científicos están descubriendo que las células madre de la médula ósea se pueden utilizar para crear varios tipos de células que se encuentran en el cuerpo. Entonces, usando el material genético de Adán, el diseñador maestro fácilmente podría haber creado una mujer humana a partir de él. Por lo tanto, la respuesta poética de Adán al ver por primera vez a su esposa no fue solo una pura metáfora.

“Entonces dijo el hombre: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada esta”.” (Génesis 2:23 TNM)

De esta manera, todos nosotros derivamos verdaderamente de un solo hombre. Todos somos de una misma fuente.

También es vital que comprendamos cuán únicos somos entre la creación física. Génesis 1:27 dice:

“Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.” (Génesis 1:27).

Los seres humanos están hechos a la imagen de Dios. Esto no se puede decir de ningún animal. Somos parte de la familia de Dios. En Lucas 3:38, a Adán se le llama «hijo de Dios». Como hijos de Dios, tenemos derecho a heredar lo que nuestro Padre posee: la vida eterna. Este era el derecho de nacimiento de la pareja original. Todo lo que tenían que hacer era permanecer leales a su Padre para permanecer dentro de su familia y recibir la vida de él.

(En un aparte, si mantiene el modelo de familia en el fondo de su mente a lo largo de su estudio de las Escrituras, encontrará que muchas cosas tienen sentido).

¿Notó algo en la redacción del versículo 27? Echemos un segundo vistazo. “Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios.” Si nos detenemos allí, podríamos pensar que sólo el hombre fue creado a la imagen de Dios. Pero el versículo continúa: “Macho y hembra los creó”. Tanto el hombre como la mujer están hechos a la imagen de Dios. En inglés, el término «mujer» es “woman” y significa literalmente “hombre con útero”.

Nuestras capacidades reproductivas no tienen nada que ver con ser creados a la imagen de Dios. Si bien nuestra composición física y fisiológica es diferente, la esencia única de la humanidad es que nosotros, hombres y mujeres, somos hijos de Dios hechos a su imagen. Si menospreciamos a cualquier sexo como grupo, estamos menospreciando el diseño de Dios. Recuerde, ambos sexos, hombre y mujer, fueron creados a imagen de Dios. ¿Cómo podemos degradar a alguien creado a imagen de Dios sin menospreciar a Dios mismo?

Hay algo más de interés que se puede extraer de este relato. La palabra hebrea traducida como «costilla» en Génesis es tsela. De las 41 veces que se usa en las Escrituras Hebreas, solo aquí la encontramos traducida como “costilla”. En otros lugares es un término más general que significa el lado de algo. La mujer no fue hecha del pie del hombre, ni de su cabeza, sino de su costado. ¿Qué podría implicar eso?

Una pista proviene de Génesis 2:18. Ahora, antes de leer eso, es posible que haya notado que he estado citando la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras publicada por la sociedad Watchtower Bible & Tract. Esta es una versión de la Biblia a menudo criticada, pero tiene sus puntos buenos y se debe dar crédito a quien se merece. Todavía tengo que encontrar una traducción de la Biblia que no tenga errores ni prejuicios. La venerada versión Reina Valera no es excepción. Sin embargo, también debo señalar que prefiero utilizar la versión de 1984 de la Traducción del Nuevo Mundo sobre la última edición de 2013. Este último no es realmente una traducción. Es solo una versión reeditada de la edición de 1984. Desafortunadamente, en un esfuerzo por simplificar el lenguaje, el comité editorial también ha introducido mucho sesgo de la teología testigo, por lo que trato de evitar esta edición.

Dicho todo esto, la razón por la que estoy usando la Traducción del Nuevo Mundo aquí es que, de las docenas de versiones que he revisado, creo que ofrece una de los mejores rendimientos de Génesis 2:18:

“Y Jehová Dios pasó a decir: “No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él”. (Génesis 2:18)”.

Aquí se hace referencia a la mujer como ayudante del hombre y su complemento.

Esto puede parecer degradante a primera vista, pero recuerde, esta es una traducción de algo escrito en hebreo hace más de 3500 años, por lo que debemos ir al hebreo para determinar lo que quiso decir el escritor.

Comencemos con la palabra hebrea ezer que se traduce «ayudante». En español, se asignará inmediatamente un rol o papel subordinado a cualquiera llamado «ayudante». Sin embargo, si examinamos las 21 instancias de esta palabra en las Escrituras hebreas, veremos que a menudo se usa para referirse al Dios Todopoderoso. Nunca pondremos a Jehová en un papel subordinado, ¿verdad? De hecho, ezer en hebreo es una palabra noble, que se usa a menudo para referirse a alguien que viene en ayuda de alguien necesitado, para brindar socorro, consuelo y alivio.

Ahora veamos la otra palabra que usa la Traducción del Nuevo Mundo: «complemento».

Dictionary.com da una definición que creo que encaja aquí. Traducimos a español aquella definición: “Un complemento es “cualquiera de dos partes o cosas necesarias para completar el todo; contrapartida.»”

Cualquiera de las dos partes necesarias para completar el todo; o una «contraparte». Es de interés la traducción dada a este versículo por la Traducción Literal de Young, traducida al español:

“Y Jehová Dios dice: ‘No es bueno que el hombre esté solo, le hago una ayudante, como su contraparte’.”

Una contraparte es una parte igual pero opuesta. Recuerde que la mujer fue hecha del lado del hombre. Lado a lado; parte y contraparte.

No hay nada aquí que indique una relación de jefe y empleado, rey y súbdito, gobernante y gobernado.

Es por eso que prefiero la Traducción del Nuevo Mundo sobre la mayoría de las otras versiones cuando se trata de este versículo. Llamar a la mujer «ayudante adecuada», como hacen muchas versiones, hace que parezca que es una asistente realmente buena, pero nada más. Ese no es el sabor de este versículo dado todo el contexto.

Al principio, hubo equilibrio en la relación entre el hombre y la mujer, parte y contraparte. Cómo se habría desarrollado eso cuando tuvieron hijos y creció la población humana es una cuestión de conjetura. Todo salió mal cuando la pareja pecó al rechazar la amorosa supervisión de Dios.

El resultado destruyó el equilibrio entre los sexos. Jehová le dijo a Eva: «Tú desearás intensamente estar con tu esposo, y él te dominará”. (Génesis 3:16)

Dios no provocó este cambio en la relación hombre y mujer. Surgió naturalmente del desequilibrio creado por el pecado en cada uno. Ciertos rasgos se volverían predominantes. Solo tiene que observar cómo es que se trata a las mujeres hoy en día en las diversas culturas de la tierra para ver la verdad de la predicción de Dios.

Dicho esto, como cristianos, no buscamos excusas para una conducta inapropiada entre los sexos. Podemos reconocer que las tendencias pecaminosas pueden estar en acción, pero nos esforzamos por imitar a Cristo, y por eso resistimos la carne pecaminosa. Trabajamos para cumplir con el estándar original que Dios puso, lo cual tenía la intención de guiar las relaciones entre los sexos. Por lo tanto, los hombres y mujeres cristianos tienen que trabajar para encontrar el equilibrio que se perdió debido al pecado de la pareja original. Pero, ¿cómo se puede lograr esto? El pecado es una influencia tan poderosa después de todo.

Podemos hacerlo imitando al Cristo. Cuando Jesús vino, no reforzó los viejos estereotipos, sino que sentó las bases para que los hijos de Dios vencieran la carne y se pusieran la nueva personalidad formada según el modelo que él nos dio.

Efesios 4: 20-24 dice:
“Pero ustedes no aprendieron que el Cristo sea así,  si es que, realmente, le oyeron y se les enseñó por medio de él, tal como [la] verdad está en Jesús,  que ustedes deben desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos;  pero que deben ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, y deben vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.”
(Efesios 4: 20-24)

Colosenses 3: 9-11 nos dice:
“No estén mintiéndose unos a otros. Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas,  y vístanse de la nueva [personalidad], que mediante conocimiento exacto va haciéndose nueva según la imagen de Aquel que la ha creado, donde no hay ni griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, extranjero, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todas las cosas y en todos. (Colosenses 3:9-11)”

Tenemos mucho que aprender. Pero primero, tenemos mucho que desaprender. Comenzaremos viendo qué roles o papeles asignados por Dios a las mujeres según el registro de la Biblia. Si podemos entender como Dios ve a las mujeres, entenderemos como Cristo las ve.  E imitamos al Cristo al ver las de la misma forma.  Este será el tema de nuestro próximo video.