Hay un video reciente de Adoración Matutina en JW.org que demuestra muy bien al mundo a qué dios adoran los Testigos de Jehová. Su dios es al que se someten; al que obedecen. Esta plática de adoración matutina, inocentemente titulada «El yugo de Jesús es bondadoso», fue pronunciada por Kenneth Flodin:

Repitámoslo: «Podemos comparar al Cuerpo Gobernante con la voz de Jesús, que es cabeza de la congregación. Así que, cuando obedecemos  de buena gana al esclavo fiel [otro término para referirse al Cuerpo Gobernante], en realidad, nos estamos sometiendo a la autoridad y la guía de Jesús.»

Cuando oí eso, inmediatamente…bueno, no inmediatamente… tuve que levantar la cabeza del suelo primero, pero justo después de eso, pensé en algo que Pablo escribió a los Tesalonicenses. Aquí está:

“Que nadie los seduzca de manera alguna, porque no vendrá a menos que primero venga la apostasía y el hombre del desafuero quede revelado, el hijo de la destrucción. Él está puesto en oposición y se alza a sí mismo sobre todo aquel a quien se llama “dios” o [todo] objeto de reverencia, de modo que se sienta en el templo del Dios, y públicamente ostenta ser un dios.” (2 Tesalonicenses 2:3, 4 TNM).

¿Quiero decir que al dar al Cuerpo Gobernante la voz de nuestro Señor Jesús, Kenneth Flodin está revelando que el Cuerpo Gobernante es el hombre del desafuero, el hijo de la destrucción, un dios?

¿Por qué no dejamos que el Cuerpo Gobernante responda a esa pregunta por nosotros?

En un artículo titulado «Identificación del “hombre del desafuero”” en La Atalaya del 1 de febrero de 1990 se nos dice:

“Es vital que identifiquemos a  este hombre del desafuero. ¿Por qué? Porque él busca socavar la buena posición que ocupamos ante Dios y  nuestra esperanza de alcanzar vida eterna. ¿Cómo? Procurando que abandonemos la verdad y  en lugar de ella creamos falsedades, lo que nos desviaría de adorar a Dios «con espíritu y con verdad». (La Atalaya; 1 Febrero 1990, Pág. 10, Pár. 2).

Continuando con la identificación que nos da la Atalaya del hombre del desafuero, tenemos esto:

“4 ¿Quién dio origen a este hombre del desafuero y lo apoya? Pablo contesta: «La presencia del desaforado es según la operación de Satanás con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos, y con todo engaño injusto para los que están pereciendo, como retribución porque no aceptaron el amor de la verdad para que fueran salvos». (2 Tesalonicenses 2:9, 10.) De modo que Satanás es el padre y apoyador del hombre del desafuero. Y tal como Satanás se opone a Jehová, Sus propósitos y Su pueblo, lo mismo hace el hombre del desafuero, sea que se dé cuenta de ello o no.

5 A los que siguen al hombre del desafuero les pasará lo mismo que a  él. . .  serán destruidos…”. (La Atalaya; 1 Febrero 1990, Pág. 10, Párrs. 4,5).

Bien, esto da que pensar, ¿verdad? La destrucción eterna viene no sólo sobre el hombre del desafuero, sino también sobre aquellos que lo siguen, porque no llegaron a conocer a Dios y a obedecer las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús.

El párafo 7 del artículo añade: “la expresión «hombre del desafuero» tiene que representar a  una agrupación, o una clase, de personas”. (La Atalaya; 1 Febrero 1990, Pág. 11, Pár. 7).

Hmm… «un cuerpo,»… «o clase, de personas».

Entonces, ¿quién es este «cuerpo de personas» sin ley de acuerdo a la Atalaya que es publicada por un Cuerpo Gobernante de personas? El artículo de la Atalaya continúa:

“¿A quiénes representa? La prueba muestra que es al cuerpo o grupo de los clérigos orgullosos y  ambiciosos de la cristiandad, quienes a  través de los siglos han dictado sus propias leyes a otros.…Lo que todas estas religiones tienen en común es que no se adhieren a las enseñanzas bíblicas, pues han violado la regla: «No vayas más allá de las cosas que están escritas»”. (La Atalaya; 1 Febrero 1990, Pág. 11, Pár. 8).

Así, la Organización afirma que el hombre del desafuero corresponde a los clérigos orgullosos y ambiciosos de la Cristiandad. ¿Por qué? Porque estos líderes religiosos son «una ley para sí mismos». Sus diversas religiones tienen una cosa en común: «No se aferran a las enseñanzas de la Biblia». Van más allá de lo que está escrito.

¿Y la Organización de la Watch Tower no es lo mismo? Parece que el Cuerpo Gobernante con su ejército de superintendentes de circuito y sus legiones de ancianos nombrados, no se consideran a sí mismos como un «cuerpo de clérigos orgullosos y ambiciosos.» Pero, ¿qué es un clérigo y qué es una clase clerical?

Según el diccionario es «el conjunto de todas las personas ordenadas para funciones religiosas». Otra definición similar es: «El grupo de funcionarios religiosos (como sacerdotes, ministros o rabinos) [se añadirían fácilmente pastores, díáconos y, sí, ancianos] especialmente preparados y autorizados para dirigir servicios religiosos.»

Los testigos afirman que no tienen clero. Afirman que todos los Testigos de Jehová bautizados son ministros ordenados. Eso incluiría a las mujeres, ¿no? Las mujeres son ministros ordenados, pero no pueden orar ni predicar en la congregación como lo hacen los hombres.  Y vamos, ¿se espera que creamos que el publicador promedio de la congregación es lo mismo que un anciano de la congregación?

El poder y el control que los ancianos, los superintendentes de circuito, y el Cuerpo Gobernante tienen sobre las vidas de todos los testigos demuestra que decir que no hay clase clerical, es sumamente falso. De hecho, decir que no hay clero Testigo de Jehová es una gran mentira.  En todo caso, los clérigos Testigos, es decir, los ancianos de la congregación, tienen mucho más poder que el ministro o sacerdote promedio en otras denominaciones cristianas. Si usted es anglicano, católico o bautista, ¿puede su pastor o sacerdote local aislarle socialmente de toda su familia y amigos en todo el mundo como pueden hacer los ancianos de los Testigos?

Pero, ¿qué hay de los otros criterios que la Watchtower comparte con nosotros para probar que el clero de otras denominaciones cristianas es el hombre del desafuero? La Atalaya afirma que enseñar falsas doctrinas e ir más allá de lo que está escrito convierte a los líderes religiosos de esas iglesias en el hombre del desafuero.

Incluso hoy en día, el Cuerpo Gobernante se apresura a condenar a otros por el pecado de «ir más allá de lo que está escrito». De hecho, lo hacen una vez más en la Edición de Estudio de la Atalaya de julio de este año, en el Artículo 31, pár 11:

“En ocasiones, quizás pensemos que ciertas instrucciones que nos da Jehová tendrían que ser más detalladas. Puede que hasta sintamos la tentación de ir “más allá de las cosas que están escritas” (1 Cor. 4:6).

Creo que todos estamos de acuerdo en que no debemos ir más allá de las instrucciones que Jehová nos da, pero aquí está el truco.  Las instrucciones a las que se refieren no son de Jehová, sino de los hombres, específicamente, los hombres del Cuerpo Gobernante. El párrafo 11 continúa:

Pero Jehová nos da instrucciones claras mediante su Palabra y organización. No hace falta que añadamos nada.

¿Dónde dice en la Biblia que Jehová da instrucciones claras a sus siervos por medio de alguna organización? No solo se dan la voz de Jesus, sino que ahora pretenden hablar tambien con la voz de Jehova. Así, no te parece que cumplen lo que dice en cuanto al hombre del desafuero quien «se sienta en el templo de Dios, mostrándose públicamente como un dios».

¿A qué se refiere Pablo con la expresión «el templo de Dios»? El mismo explica:

“¿No saben que ustedes son el templo de Dios y que el espíritu de Dios reside en ustedes? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y ustedes son ese templo”.(1 Corintios 3:16,17: TNM).

Entonces, si los hijos de Dios son «el templo de Dios», ¿qué significa «sentarse en ese templo y mostrarse como un dios»?

¿Qué es un dios en este contexto? Bíblicamente, un dios no tiene por qué ser un ser sobrenatural. Jesús se refirió al Salmo 82:6 cuando dijo:

“Jesús les contestó: “¿No está escrito en su Ley ‘Yo dije: “Ustedes son dioses”’? Si él llamó dioses a aquellos contra quienes se dirigió la palabra de Dios (y las Escrituras no se pueden anular),  ¿a mí —a quien el Padre santificó y envió al mundo— me dicen ‘blasfemas’ por decir ‘soy Hijo de Dios’?” (Juan 10:36: TNM).

A esos gobernantes se les llamaba dioses porque tenían el poder de la vida y de la muerte. Emitían juicios. Daban órdenes. Esperaban ser obedecidos. Y tenían el poder de castigar a los que desobedecían sus mandatos e ignoraban sus juicios.

Basándonos en esta definición, Jesús es un dios, tal y como nos dice Juan:

“En el principio la Palabra existía, la Palabra estaba con Dios y la Palabra era un dios”. (Juan 1:1: TNM).

Un dios tiene autoridad.  Jesús reveló sobre sí mismo después de su resurrección que: “Se me ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra”. (Mateo 28:18: TNM).

Si alguien intenta sustituir a Jesús presumiendo de hablar con su voz y dar órdenes en su nombre, entonces, se habrá convertido en un anticristo. Por ello, tendrá que responder ante Jesus, el juez de toda la tierra. En griego, el sufijo «anti» se utiliza para indicar algo que corresponde o representa a otra cosa.

Eso se ajusta a la posición actual que el Cuerpo Gobernante asume frente al rebaño. Nota que como el Cuerpo Gobernante traduce 2 Corintios 5:20 no se acerca al original por agregar palabras no encontradas en el mismo.

“Por lo tanto, somos embajadores que sustituimos a Cristo como si Dios estuviera suplicándole a la gente mediante nosotros. Como sustitutos de Cristo, les rogamos: “Reconcíliense con Dios”. (2 Corintios 5:20).

Ninguna otra versión de la Biblia, aparte de la Traducción del Nuevo Mundo, habla de sustituir a Cristo, es decir, de reemplazar a Cristo. Ni la palabra ni el concepto de «sustituir» aparecen en el interlineal. Típica es la forma en que la NVI traduce el versículo:

“Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios»”

Así es como los miembros del Cuerpo Gobernante se ven a sí mismos, como sustitutos de Cristo, hablando con la voz de Jesús como Kenneth Flodin admitió en su discurso.

Jesús es un dios según Juan 1:1 y Isaías 9:6. Así es. Y toda autoridad le ha sido confiada por el Dios Todopoderoso, nuestro Padre celestial. Para cualquier humano o cuerpo de humanos el afirmar que hablan con la voz de Jesús es una blasfemia. Esperar que la gente te obedezca afirmando que hablas en nombre de Dios, que hablas con la voz de Jesús que es llamado «la palabra de Dios», es ponerte al nivel de Dios. Te estás mostrando como «un dios».

¿Qué sucede cuando un hombre habla con la voz de un dios? ¿Cosas buenas o cosas malas?

¿Tú qué crees?

No hay necesidad de especular. La Biblia nos dice lo que pasa.

“Herodes estaba furioso con los de Tiro y de Sidón, pero ellos se pusieron de acuerdo y se presentaron ante él. Habiéndose ganado el favor de Blasto, camarero del rey, pidieron paz, porque su región dependía del país del rey para obtener sus provisiones. El día señalado, Herodes, ataviado con su ropaje real y sentado en su trono, le dirigió un discurso al pueblo. La gente gritaba: «¡Voz de un dios, no de hombre!» Al instante un ángel del Señor lo hirió, porque no le había dado la gloria a Dios; y Herodes murió comido de gusanos”.

(Hechos 12:20-23: NVI).

Esta es una advertencia para todos los que piensan que pueden gobernar como un dios en lugar del Hijo designado de Jehová. Pero observen que antes de que fuera abatido, el pueblo estaba alabando al rey Herodes con una gran ovación. Ningún hombre puede hacer esto, proclamarse a sí mismo como un dios, ya sea abiertamente o por su conducta, a menos que tenga el apoyo de un pueblo. Así que el pueblo también es culpable por poner su confianza en los hombres en lugar de en Dios. Cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Puede que no lo hagan a sabiendas, pero eso no les exime de culpa. Releamos la advertencia de Pablo al respecto:

“Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza,” (2 Tesalonicenses 1:6-9)

Así que Jesús condena justamente a los partidarios del hombre del desafuero a la destrucción eterna porque «no conocen a Dios» y «no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús.»

El hecho de que no conozcan a Dios no significa que no sean cristianos. En absoluto. De hecho, todo lo contrario. Recuerde, el hombre del desafuero se sienta en el templo de Dios, que es el cuerpo de Cristo, la congregación cristiana. Así como el templo original en Jerusalén fue pervertido de un lugar de adoración pura a una «morada de demonios,» así el templo espiritual de Dios ha sido convertido en un lugar «lleno de espíritus inmundos.» (Apocalipsis 18:2)

Así que, aunque afirman conocer a Dios, estos supuestos cristianos no lo conocen en absoluto. Carecen del verdadero amor.

“Pero si alguno dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no hay verdad en él. En cambio, si uno obedece su palabra, en él se ha perfeccionado verdaderamente el amor de Dios, y de ese modo sabemos que estamos unidos a él. El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo”. (1 Juan 2:4-6: DHH).

“Nadie ha visto nunca a Dios; pero, si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y también su amor estará en nosotros”. (1 Juan 4:12: TLA).

La prueba de que estos seguidores y partidarios del Hombre del desafuero no conocen a Dios es que hacen tribulación sobre los verdaderos hijos de Dios. Persiguen a los verdaderos cristianos.  Ellos hacen esto pensando que están sirviendo a Dios y haciendo su voluntad. Cuando un verdadero cristiano rechaza las falsas enseñanzas del Cuerpo Gobernante, los Testigos de Jehová, en obediencia a su dios, el Cuerpo Gobernante, los rechazan.  Esto es perseguir a los hijos de Dios que no siguen a los hombres, sino que solo siguen a nuestro Señor Jesús.  Estos Testigos de Jehová han sido seducidos por el Hombre del desafuero porque no entienden el amor de Dios, ni aman la verdad.

“Ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y le dieron servicio sagrado a la creación más bien que al Creador, que es alabado para siempre. Amén”. (Romanos 1:25: TNM).

Creen que tienen «la verdad», pero no se puede tener la verdad a menos que se ame la verdad. Si no amas la verdad, eres presa fácil para cualquiera que tenga un cuento para contar.

“Pero la presencia del desaforado es según la operación de Satanás con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos, y con todo engaño injusto para los que están pereciendo, como retribución porque no aceptaron el amor de la verdad para que fueran salvos.” (2 Tesalonicenses 2:9, 10)

Estos seguidores del hombre del desafuero incluso se jactan de obedecer a Jehová, pero ponen al Cuerpo Gobernante al mismo nivel que Dios. Perdón, me equivoqué.  No ponen al Cuerpo Gobernante al mismo nivel. Lo pone encima de Jehová,  porque si la palabra de Dios ordena una cosa, y las publicaciones de la Organización ordena otra cosa, obedecen a la dirección de la Organización.

¿A quien perteneces tú? Si eres hijo de Dios, parte del cuerpo de Cristo, el verdadero templo de Dios, entonces perteneces a Cristo.

“Por eso, que nadie se jacte en los hombres; porque todas las cosas les pertenecen a ustedes, sea Pablo, o Apolos, o Cefas, o el mundo, o la vida, o la muerte, o las cosas presentes, o las cosas venideras, todas las cosas les pertenecen; a su vez, ustedes pertenecen a Cristo; Cristo, a su vez, pertenece a Dios.” (1 Corintios 3:21-23)

Si eres un verdadero hijo de Dios, no perteneces a la Organización de los Testigos de Jehová, ni tampoco a la Iglesia Católica, la Iglesia Luterana, la Iglesia Mormona o cualquier otra denominación cristiana. Tú perteneces a Cristo, y él pertenece a Dios, y he aquí una verdad asombrosa: como hijos de Dios, «todas las cosas nos pertenecen». Entonces, ¿por qué querrías pertenecer a cualquier iglesia, organización o religión hecha por el hombre? En serio, ¿por qué? No necesitas una organización o una iglesia para adorar a Dios. De hecho, la religión se interpone en el camino de adorar en espíritu y verdad.

Jehová es el Dios del amor. Juan nos dice que «el que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor». (1 Juan 4:8) Por lo tanto, si estás dispuesto a obedecer la voz de los hombres por encima de la voz de Dios, o la voz de su Hijo que es llamado «la Palabra de Dios», entonces no tienes amor. ¿Puedes adorar a otro dios que no sea Jehová y aun así tener el amor del que habla Juan? ¿Hay dos dioses que son amor? ¿Jehová y un grupo de hombres? No tiene sentido. Y la evidencia de ello es abrumadora.

Los testigos de Jehová han sido inducidos a rechazar a sus amigos y familiares que se esfuerzan por imitar al Dios del amor.  El hombre del desafuero crea una teología anti-amor diseñada para infundir miedo y obediencia en sus seguidores. Como dijo Pablo: «La presencia del inicuo es según la operación de Satanás». El espíritu que lo dirige no es de Jehová ni de Jesús, sino del opositor, Satanás “con todo engaño injusto para los que están pereciendo, como retribución porque no aceptaron el amor de la verdad para que fueran salvos.” (2 Tesalonicenses 2:10)

Es fácil identificarlo, porque contrasta con el Dios de amor que nos enseña a orar por nuestros enemigos y por los que nos persiguen. (Mateo 5:43-48)

Es hora de que actuemos de acuerdo con estos hechos y evidencia ahora que el hombre del desafuero dentro de la comunidad de los TJ se ha expuesto a sí mismo.

“Por eso se dice: “Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y el Cristo brillará sobre ti”. (Efesios 5:14).

Gracias a todos por su apoyo y sus donaciones para que esta labor siga adelante.