En Juan 16:13, Jesús les dice a sus discípulos que él enviaría el espíritu y que el espíritu los guiaría a la verdad. Bueno, cuando era testigo de Jehová, no era el espíritu lo que me guiaba, sino la corporación Watch Tower. Como consecuencia, me enseñaron muchas cosas que resultaron ser falsos y sacarlas de mi cabeza parece ser una tarea interminable, pero alegre, sin duda, porque hay mucho gozo en aprender la verdad y ver la verdadera profundidad de la sabiduría almacenada en las páginas de la palabra de Dios.

Justo hoy, he “desaprendido” una cosa más y encontré algo de consuelo para mí y para todos esos que están todavia asociandose con la organización aunque mentalmente están afuera.  Los llamamos FAMA: Fisicamenta Adentro, Mentalmente Afuera.

Volviendo a 1 Corintios 3:11-15, me gustaría compartir ahora lo que “desaprendí” hoy:

Porque nadie puede poner ningún otro fundamento sino lo que está puesto, que es Jesucristo. Ahora bien, si alguien edifica sobre el fundamento oro, plata, piedras preciosas, maderas, heno, rastrojo, la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la pondrá al descubierto, por cuanto será revelada por medio de fuego; y el fuego mismo probará qué clase de obra es la de cada uno. Si la obra de alguien, obra que él ha edificado encima, permanece, él recibirá galardón; si la obra de alguien es quemada por completo, él sufrirá pérdida, pero él mismo será salvado; sin embargo, si así es, [será] como a través de fuego. (1 Corintios 3:11-15 TNM)

La Organización me enseñó que esto se relacionaba con la predicación y la obra de estudios bíblicos de los testigos de Jehová. Pero nunca tuvo mucho sentido a la luz del versículo final, el versículo 15. La Watchtower lo explicó así (vea si tiene sentido para usted):

Estas son palabras que ciertamente dan en qué pensar. Puede ser muy doloroso trabajar arduamente para ayudar a alguien a hacerse discípulo, y luego verlo sucumbir a la tentación o a la persecución y, con el tiempo, abandonar el camino de la verdad. Pablo reconoce este hecho al decir que en tales casos sufrimos una pérdida. La experiencia puede ser tan dolorosa que se dice que nuestra salvación es “como a través de fuego”, como el hombre que pierde todo en un incendio y él a duras penas logra salvarse.  (La Atalaya 01/11/98 pág. 11 párr. 14).

No sé qué tan apegado ha estado usted a sus estudiantes de la Biblia, pero en mi caso, cuando fuI testigo, no tanto. Cuando era un verdadero creyente en la Organización de los Testigos de Jehová, tuve estudiantes de la Biblia que eventualmente abandonaron la organización unos años después de que los ayudé hasta el punto del bautismo. Me decepcionó, pero decir que “perdí todo en un incendio y apenas fui rescatado”, sería estirar la metáfora mucho más allá del límite.  Seguramente esto no era a lo que se refería el apóstol.

Así que justo hoy tuve un amigo, también un ex Testigo de Jehová, que me llamó la atención sobre este versículo y lo discutimos de un lado a otro, tratando de darle sentido, tratando de sacar las viejas ideas implantadas en el cerebro. Ahora que estamos pensando por nosotros mismos, podemos ver que la forma en que la Atalaya dio sentido a 1 Corintios 3:15 es ridículamente egoísta.

¡Pero anímate! El espíritu santo nos guía a toda la verdad, tal como Jesús prometió que lo haría.  También dijo que la verdad también nos haría libres.

“Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: “Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; 32y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.””. (Juan 8:31: NBL).

¿Libre de qué? Libres de nuestra esclavitud al pecado, la muerte y, sí, también la religión falsa.

Juan nos dice lo mismo. De hecho, pensando acerca de nuestra libertad en Cristo, escribe:

“Estas cosas les escribo acerca de los que tratan de extraviarlos. Y en cuanto a ustedes, la unción que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les esté enseñando; antes bien, como la unción de él les está enseñando acerca de todas las cosas, y es verdad y no es mentira, y así como les ha enseñado, permanezcan en unión con él.” (1 Juan 2:26, 27 TNM)

Interesante.  Juan dice que nosotros, tú y yo, no necesitamos ningún maestro. Sin embargo, a los efesios, Pablo escribió:

“Y dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros, 12 con miras al reajuste de los santos, para obra ministerial, para la edificación del cuerpo del Cristo.” (Efesios 4:11, 12 TNM).

Creemos que esta es la palabra de Dios, por lo que no estamos buscando encontrar contradicciones, sino más bien resolver aparentes contrapunteos.  Tal vez en este momento, le estoy enseñando algo que no sabía. Pero luego, algunos de ustedes dejarán comentarios y terminarán enseñándome algo que yo no sabía. Así que todos nos enseñamos unos a otros; todos nos alimentamos unos a otros, que es a lo que Jesús se refería en Mateo 24:45 cuando habló del esclavo fiel y discreto que proveía de alimento para la casa de siervos del Amo.

Así que el apóstol Juan no estaba emitiendo una prohibición general contra nosotros para que no nos enseñáramos unos a otros, sino que nos estaba diciendo que no necesitamos que los hombres nos digan lo que está bien y lo que está mal, lo que es falso y lo que es verdad.

Los hombres y las mujeres pueden y enseñarán a otros acerca de su comprensión de las Escrituras y pueden creer que fue el espíritu de Dios el que los llevó a ese entendimiento y tal vez lo fue, pero al final, no creemos algo porque alguien nos dice que es así. El apóstol Juan nos dice que “no necesitamos ningún maestro”. El espíritu dentro de nosotros nos guiará a la verdad y evaluará todo lo que escuchamos para que también podamos identificar lo que es falso.

Digo todo esto porque no quiero ser como esos predicadores y maestros que dicen: “El espíritu santo me reveló esto”. Porque eso significaría que es mejor que crea lo que digo, porque si no lo hace, está obrando en contra del espíritu santo. No.  El espíritu obra a través de todos nosotros. Entonces, si por casualidad he encontrado alguna verdad a la que el espíritu me guio y comparto ese hallazgo con otra persona, es el espíritu el que también lo llevará a la misma verdad, o le mostrará a esa persona que estoy equivocado y él me va a corregir, de modo que, como dice la Biblia, el hierro pule el hierro y ambos somos pulidos y conducidos a la verdad.

Con todo eso en mente, esto es lo que creo que el espíritu me ha llevado a entender con respecto al significado de 1 Corintios 3:11-15.

Como siempre debe ser nuestro proceder, comenzamos con el contexto.  Pablo está usando dos metáforas aquí: el Apóstol comienza en el versículo 6 de 1 Corintios 3 usando la metáfora de un campo bajo cultivo.

“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.” (1 Corintios 3:6 RVG).

Pero en el versículo 10, cambia a otra metáfora, la de un edificio.  El edificio es el templo de Dios.

¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? (1 Corintios 3:16 NBA).

El fundamento del edificio es Jesucristo.

“Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo.” (1 Corintios 3:11 NBL).

Bien, entonces el fundamento es Jesucristo, el edificio es el templo de Dios y el templo de Dios es la Congregación Cristiana formada por los Hijos de Dios. Colectivamente somos el templo de Dios, pero somos componentes en ese templo, colectivamente formando la estructura.  Con respecto a esto, leemos en Apocalipsis:

“Al vencedor le haré una columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Escribiré sobre él el nombre de Mi Dios y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de Mi Dios, y Mi nombre nuevo.” (Apocalipsis 3:12 NBL).

Con todo eso en mente, cuando Pablo escribe: ” Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo.”, ¿qué pasa si no está hablando de agregar al edificio haciendo conversos, sino que se refiere a usted o a mí específicamente?  ¿Qué pasa si lo que estamos construyendo sobre el fundamento que es Jesucristo es nuestra propia personalidad cristiana? Esto es, nuestra propia espiritualidad. Nuestra persona espiritual.

Cuando era uno de los testigos de Jehová, creía en Jesucristo.  Así que estaba construyendo mi personalidad espiritual sobre el fundamento de Jesucristo.  No trataba de ser como Mahoma o Buda o Shiva. Trataba de imitar al Hijo de Dios, Jesucristo. Pero los materiales que usaba fueron tomados de las publicaciones de la Organización Watch T ower. Estaba construyendo con madera, heno y paja, no con oro, plata y piedras preciosas.  La madera, el heno y la paja no son preciosos como el oro, la plata y las piedras preciosas. Pero hay otra diferencia entre estos dos grupos de cosas. La madera, el heno y la paja son combustibles. Póngalos en un fuego y se queman; se consumen. Pero el oro, la plata y las piedras preciosas sobrevivirán a un incendio.

¿De qué fuego estamos hablando? Me quedó claro una vez que me di cuenta de que yo, o más bien mi espiritualidad, mi persona espiritual, era la obra de construcción en cuestión.  Leamos de nuevo lo que Pablo dice con ese punto de vista y veamos si sus palabras finales ahora tienen sentido.

“Ahora bien, si sobre este fundamento alguien edifica con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada. El fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno. Si permanece la obra de alguien que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. Si la obra de alguien es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como a través del fuego.” (1 Corintios 3:12-15 NBL).

Construía sobre el fundamento de Cristo, pero usé materiales combustibles. Luego, después de cuarenta años de construcción, llegó la prueba de fuego.  Me di cuenta de que mi edificio estaba hecho de materiales combustibles.  Todo lo que había construido a lo largo de mi vida como uno de los testigos de Jehová fue consumido; se fue.  Sufrí una pérdida. La pérdida de casi todo lo que había apreciado hasta ese momento.  Sin embargo, he sido salvo, “como si fuera a través de las llamas”.  Ahora puedo comenzar a reconstruir, pero esta vez usando los materiales de construcción prescritos. El oro, la plata, y las piedras preciosas de la palabra de Dios.

Creo que estos versículos pueden proporcionar a los ex Testigos de Jehová una gran cantidad de consuelo al salir de la Organización de la Watch Tower.  No digo que mi comprensión sea la correcta.  Juzguen por ustedes mismos. Pero una cosa más que podemos tomar de este pasaje es que Pablo está exhortando a los cristianos a no seguir a los hombres. Tanto antes del pasaje que hemos considerado como después también, para terminar, Pablo hace el punto de que no debemos seguir a los hombres.

“Pues, ¿qué es Apolos? Sí, ¿qué es Pablo? Ministros mediante los cuales ustedes llegaron a ser creyentes, así como el Señor se lo concedió a cada uno. 6 Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndo[lo] crecer; 7 de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que [lo] hace crecer.” (1 Corintios 3:5-7: TNM).

Y de la misma traducción temenos esto:

“Pues, ¿qué es Apolos? Sí, ¿qué es Pablo? Ministros mediante los cuales ustedes llegaron a ser creyentes, así como el Señor se lo concedió a cada uno. 6 Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndo[lo] crecer; 7 de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que [lo] hace crecer.” (1 Corintios 3:18-23: TNM).

Lo que a Pablo le preocupa es que estos corintios ya no estaban construyendo sobre el fundamento de Cristo. Estaban construyendo sobre el fundamento de los hombres, convirtiéndose en seguidores de los hombres.

Y ahora llegamos a una sutileza de las palabras de Pablo que es devastadora y, sin embargo, tan fácil de pasar por alto. Cuando habla de que la obra, la construcción o el edificio, levantado por cada individuo es consumido por el fuego, sólo se refiere a los edificios que se construyen sobre el fundamento que es Cristo. Nos asegura que si construimos con buenos materiales de construcción sobre este fundamento, Jesucristo, entonces podremos resistir el fuego. Sin embargo, si construimos con materiales inferiores de construcción sobre el fundamento de Cristo, nuestra obra se quemará, pero aun así nos salvaremos. ¿Ves el denominador común?  Independientemente de los materiales de construcción utilizados, nos salvaremos si hemos construido sobre el fundamento de Cristo. ¿Pero qué pasa si no hemos construido sobre ese fundamento? ¿Y si nuestro fundamento es diferente? ¿Qué pasa si fundamos nuestra fe en las enseñanzas de los hombres o de una organización? ¿Qué pasa si en lugar de amar la verdad de la palabra de Dios, amamos LA VERDAD de la iglesia u organización a la que pertenecemos? Los testigos se dicen comúnmente que están en la verdad, pero no quieren decir, en Cristo, sino que estar en la verdad significa para ellos  estar en la Organización.

Lo que voy a decir a continuación se aplica a casi cualquier religión cristiana organizada que exista, pero usaré la que más conozco como ejemplo. Tomamos el caso de un joven criado como Testigo de Jehová desde la infancia.

Ese joven cree en las enseñanzas que provienen de las publicaciones de la Watch Tower y comienza a ser precursor al salir de la escuela secundaria, dedicando 100 horas al mes al ministerio de tiempo completo.  (Estamos hablando de los arreglos de hace muchos años). Avanza y se convierte en precursor especial, asignado a un territorio remoto.  Un día se siente muy especial y cree que ha sido llamado por Dios para ser uno de los ungidos.  Comienza a participar de los emblemas, pero no ridiculiza ni una sola vez nada de lo que hace o enseña la Organización. Se hace notar y es nombrado superintendente de circuito, y cumple obedientemente todas las instrucciones que le llega de la sucursal. Se asegura de que los disidentes sean tratados para mantener la congregación limpia. Trabaja para proteger el nombre de la Organización cuando se le presentan casos de abuso sexual de menores. Finalmente, es invitado a entrar en Bethel.  Lo observan, y con el tiempo, se le asigna la verdadera prueba de lealtad a la organización: El departamento de Servicio. Allí está expuesto a todo lo que llega a la sucursal.  Esto incluiría cartas de Testigos amantes de la verdad que han descubierto evidencia bíblica que contradice algunas de las enseñanzas principales de la Organización. Como la política de la Watch Tower es responder a todas las cartas, él contesta con la respuesta estándar de reafirmar la posición de la organización, con párrafos añadidos aconsejando al que duda que confíe en el canal que Jehová ha elegido, que no se adelante más allá de lo escrito, y que espere en Jehová. Si siguen las cartas de este individuo, finalmente ese hermano en el departamento de servicio mandará un carta al cuerpo de ancianos de la congregación tal, para advertirles que hay un hermano que aparentemente está llevando ideas apostatas. No se ve afectado por las pruebas que pasan en frente de sus ojos con regularidad y, al cabo de un tiempo, por ser uno de los ungidos, es invitado a la sede mundial, donde continúa en el campo de pruebas que es el departamento de servicio, bajo la atenta mirada del Cuerpo Gobernante. Cuando llega el momento, es nombrado miembro de ese augusto órgano y asume su papel como uno de los Guardianes de la Doctrina. En este momento, ve todo lo que hace la organización, y llega a conocer a profundidad todo lo que es la organización.

Si este individuo ha construido sobre el fundamento de Cristo, entonces en algún momento de su camino, ya sea cuando era precursor, o cuando era superintendente de circuito, o cuando llegó a betél, o incluso cuando recién nombrado al Cuerpo Gobernante, en algún momento en el camino, habría sido sometido a la prueba de fuego de la que habla Pablo. Pero solo, si él ha construido sobre el fundamento de Cristo.

Jesucristo nos dice: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí. (Juan 14:6)

Si el hombre al que nos referimos en nuestra ilustración cree que la Organización es “la verdad, el camino y la vida”, entonces ha construido sobre el fundamento equivocado, el de los hombres.  No pasará por el fuego del que habla Pablo. Sin embargo, si finalmente cree que sólo Jesús es la verdad, el camino y la vida, entonces perderá todo lo que ha trabajado tan duro para construir, pero él mismo se salvará.

Creo que esto es lo que pasó con nuestro hermano Raymond Franz.

Es triste decirlo, pero el Testigo de Jehová promedio no ha construido sobre el fundamento que es Cristo.  Una buena prueba de eso es preguntar a uno de ellos si obedecería una instrucción de la Biblia o una instrucción del Cuerpo Gobernante si las dos no estuvieran totalmente de acuerdo. Será un Testigo de Jehová muy inusual el que opte por la biblia antes que por el Cuerpo Gobernante. Si usted todavía es uno de los Testigos de Jehová y siente que está pasando por una prueba de fuego al despertar a la realidad de las falsas enseñanzas y la hipocresía de la Organización, anímese. Si ha construido su fe en Cristo, pasará esta prueba y se salvará.  Esa es la promesa de la Biblia para usted.

En cualquier caso, así es como veo que las palabras de Pablo a los corintios están destinadas a aplicarse. Puede verlo de manera diferente. Deje que el espíritu le guíe. Recuerde, que el canal de comunicación de Dios no es cualquier hombre o grupo de hombres, sino Jesucristo. Tenemos sus palabras registradas en las Escrituras, así que sólo tenemos que ir a él y escuchar. Tal como un padre nos dijo que hiciéramos: “Éste es mi Hijo, yo lo amo mucho y estoy muy contento con él. Ustedes deben obedecerlo”.  (Mateo 17:5: TLA).

¡Gracias por su tiempo y apoyo!