Este es el video número cinco de nuestra serie, «Salvando a la humanidad». Hasta este punto, hemos demostrado que hay dos formas de ver la vida y la muerte. Para la gente común, o es vivo uno, o es muerto y se acabó todo. Así lo ven los ateos. Lo que es raro es que usualmente decimos que alguien está muerto, pero decir “estar” en vez de “ser” indica un estado temporal, ¿No? Talvez por algún instinto humano entendemos que la muerte es, de hecho, temporal y por eso decimos “Está muerto” en vez de “Es muerto”. Dios considera a los muertos como nosotros consideramos a los que están dormidos. “Él no es Dios de muertos, sino de vivos; en efecto, para él todos ellos viven.” Lucas 20:38 NVI Nueva Versión Internacional

Pero, en otro sentido, considera a los vivos como si ya fueron muertos.

«Sígueme —le replicó Jesús—, y deja que los muertos entierren a sus muertos.». Mateo 8:22 NVI.

Cuando se toma en cuenta el elemento del tiempo, esto realmente comienza a tener sentido. Para tomar el ejemplo definitivo, Jesucristo murió y estuvo en la tumba durante tres días. Sin embargo, estaba vivo para Dios, lo que significa que era solo una cuestión de tiempo antes de que estuviera vivo en todos los sentidos. Aunque los hombres lo habían matado, no podían hacer nada para evitar que el Padre devolviera la vida a su hijo y más, le concediera la inmortalidad.

“Pues como Dios levantó al Señor, también a nosotros nos levantará por medio de su poder.”  1 Corintios 6:14 RVA (Reina Valera Actualizada 2015)

«A él, Dios le resucitó, habiendo desatado los dolores de la muerte; puesto que era imposible que él quedara detenido bajo su dominio». Hechos 2:24 RVA 2015

Ahora, nada puede matar al hijo de Dios. Imagina lo mismo para ti y para mí: vida inmortal.

“Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3:21 NVI

Esto es lo que se nos ofrece ahora. Esto significa que incluso si tu mueres o eres asesinado como lo fue Jesús, simplemente entras en un estado de sueño hasta el momento en que se te despierta. Cuando te vas a dormir cada noche, no mueres. Sigues vivo y cuando te despiertas por la mañana, sigues vivo. De manera similar, cuando mueres, sigues vivo a los ojos de Dios.  No sabes lo que pasa en el mundo igual que él dormido no se da cuenta de lo que pasa a su derredor.  Pero, como uno que duerme, te despiertas en la resurrección, y continuarás vivo. Esto se debe a que, como hijo de Dios, ya se te ha dado la vida eterna. Por eso Pablo le dijo a Timoteo que “Pelea la excelente pelea de la fe, logra asirte firmemente de la vida eterna para la cual fuiste llamado y presentaste la excelente declaración pública enfrente de muchos testigos.” (1 Timoteo 6:12 TNM)

Pero, ¿qué hay de los que no tienen esta fe? ¿Quiénes, por algún motivo, no se han aferrado a la vida eterna? El amor de Dios se manifiesta en que ha hecho provisión para una segunda resurrección, una resurrección para juicio.

“No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán de allí. Los que han hecho el bien resucitarán para tener vida, pero los que han practicado el mal resucitarán para ser juzgados” (Juan 5: 28,29 NVI)

En esta resurrección, los seres humanos son restaurados a la vida en la tierra, pero permanecen en un estado de pecado, y sin fe en Cristo, todavía están muertos a los ojos de Dios. Durante el reinado de 1000 años de Cristo, se harán provisiones para que estos resucitados puedan ejercer su libre albedrío y aceptar a Dios como su Padre a través del poder redentor de la vida humana de Cristo ofrecida en su favor. Claro que también, por lo que tendrán su libre albedrío, podrán rechazarlo. Cada cual podrá elegir entre la vida o la muerte.

¿Ves lo binario de todo? Dos tipos de muerte, dos, de vida, y dos resurrecciones, y ahora dos pares de ojos. Sí, para comprender plenamente nuestra salvación, necesitamos ver las cosas no con los ojos en la cabeza, sino con los ojos de la fe. De hecho, como cristianos, «andamos por fe, no por vista». (2 Corintios 5: 7 RVA 2015)

En el mundo poscristiano, el ateísmo va en aumento. Los ateos no se contentan simplemente con creer que Dios no existe. Tienen que justificar su elección de vida participando en una especie de evangelismo ateísta en el que tratan de convencer a otros de que abandonen su fe en Dios. Hacen esto atacando la Biblia, usando relatos en ella para pintar a Jehová Dios como un monstruo moral.

También miran cosas como el cáncer en los niños y ponen en tela de juicio el amor de Dios. Ellos razonan, si Dios es amor, ¿por qué los niños mueren de cáncer?

A la vista carnal, tienen razón, pero nosotros vemos con ojos de fé.

Cuando alguien objeta: si Dios es amor, ¿por qué no hace algo sobre el cáncer en los niños?

Cuando alguien objeta: si Dios es amor, ¿por qué no hace algo sobre el cáncer en los niños? Me gusta responder con un pequeño experimento mental. Digamos que eres Dios, todopoderoso, omnisciente, qué harías tú.

Generalmente, no quieren responder a esa pregunta. La eludirán.

Ponte, por un momento, en el lugar de Dios. Ahora eres omnisciente, todopoderoso. Ves el sufrimiento del mundo y quieres arreglarlo. Comienzas eliminando la enfermedad, pero no solo en los niños, sino en todas las personas. Es una solución bastante fácil para un Dios todopoderoso. Sin embargo, los organismos extraños no son la única causa de sufrimiento y muerte.

Pero si vas a eliminar el sufrimiento, no puedes detenerte ahí. Tienes que eliminar el envejecimiento y la muerte. Pero eso tampoco es suficiente. Tienes que eliminar todas las causas de muerte. Eso significa eliminar la guerra. Significa eliminar la violencia doméstica. Significa eliminar la embriaguez y el uso de drogas recreativas. Pero tampoco basta con eso. También tendría que eliminar la calumnia, los celos y la mentira.

¿Cómo vas a eliminar todas esas cosas que causan tanto sufrimiento? Tienes dos opciones:

1) Puedes matar a todo el que haga algo dañino a otro o a sí mismo.

2) Puedes quitarnos el libre albedrío y convertirnos a todos en robots programados para hacer solo cosas buenas.

Afortunadamente, no es necesario que de nosotros depende la solución sobre cómo acabar con el sufrimiento. Alguien infinitamente más inteligente que tú y yo ya lo ha hecho. El problema es que él trabaja de acuerdo a un horario diferente al nuestro. Queremos que el sufrimiento termine ya, pero él sabe que se necesita más tiempo antes de que la mejor solución sea posible. Entonces, tenemos que ser pacientes y confiar en él.  Muchos no pueden hacer esto.

El resto de los videos de esta serie examinarán esa solución.

A lo largo del camino, nos encontraremos con algunas cosas que, vistas superficialmente o vistas con ojos carnales, no espirituales—ojos de la fe, por decirlo así—parecerán atrocidades indefendibles. Por ejemplo, nos preguntaremos: “¿Cómo podría un Dios amoroso destruir todo el mundo de la humanidad, incluidos los niños pequeños, ahogándolos en el diluvio de los días de Noé? ¿Por qué un Dios justo quemaría las ciudades de Sodoma y Gomorra sin siquiera darles la oportunidad de arrepentirse? ¿Por qué Dios ordenó el genocidio de los habitantes de la tierra de Canaán? ¿Por qué Dios mataría a 70.000 de su propio pueblo porque el Rey hizo un censo de la nación? ¿Cómo podemos considerar que el Todopoderoso es un Padre amoroso y justo cuando aprendemos que, para castigar a David y Betsabé por su pecado, mató a su hijo inocente recién nacido?

Estas preguntas deben ser respondidas si vamos a construir nuestra fe sobre una base sólida. Pero antes de que podamos siquiera comenzar por este camino, tenemos que asegurarnos de que estamos razonando sobre la base de una premisa válida.

Tomemos lo que podría parecer la más indefendible de estas preguntas: la muerte del hijo de David y Betsabé. David y Betsabé también murieron mucho más tarde, pero murieron. De hecho, todos murieron de esa generación, y para el caso, todas las generaciones que siguieron hasta la actual. Entonces, ¿por qué nos preocupa la muerte de un bebé y no la muerte de miles de millones de seres humanos? ¿Es porque tenemos la idea de que se privó al bebé de la oportunidad de tener una vida normal a la que todo el mundo tiene derecho? ¿Crees que todo el mundo tiene derecho de vivir una vida normal y morir una muerte natural de viejo? ¿De dónde sacamos la idea de que cualquier muerte humana puede considerarse natural y normal?

La vida que llevamos no es natural ni normal y no existe la muerte natural para los seres humanos. Dios nos hizo para vivir para siempre y nunca morir, por lo tanto, la muerte no es natural y la vida que llevamos es cualquier cosa menos natural. Entonces, levantar queja porque el niño no llegó a vivir hasta los 70 u 80 años y luego morir de vejez, indica que nos olvidamos de lo central. Si no hubiera muerto como niño, de todos modos, hubiera muerto como adulto. El problema es la muerte misma, no la edad a que uno muera. La razón por la que morimos, ya sea que muramos a los siete días de vida, a los siete meses de vida, a los siete años de vida o a los 77 años de vida, la razón por la que morimos es porque Dios nos condenó a morir. Entonces, si piensas que es injusto que Dios le quite la vida al niño, también debes pensar que es injusto que se quite tu vida y la mía, aunque muramos de vejez.

Así es como se sienten los ateos porque no creen en Dios y, por lo tanto, no creen en una resurrección. Pero vemos con ojos de fe y, por lo tanto, vemos que la vida que vivimos en este momento es temporal, y la muerte que morimos es similar a quedarnos dormidos. Esperamos que todos se despierten porque la Biblia dice que habrá resurrección tanto de justos como de injustos.

Alguien me pregunto por un comentario en mi canal de YouTube, sobre que pensaba yo de un Dios que ahogaba bebés. (Supongo que se refería al diluvio del día de Noé). Parecía una pregunta cargada y condicionada, así que decidí poner a prueba su agenda. En lugar de responder directamente, le pregunté si creía que Dios podía resucitar a los que murieron. No lo aceptaría como premisa. Ahora, dado que esta pregunta asume que Dios es el creador de toda vida, ¿por qué rechazaría la posibilidad de que Dios pudiera recrear la vida? Evidentemente, quería rechazar cualquier idea que permitiera que Dios fuera exonerado. La esperanza de la resurrección hace exactamente eso.

En los próximos videos de esta serie, veremos muchas de las llamadas «atrocidades o monstruosidades» que Dios ha cometido y aprenderemos que no son lo que parecen ser. Por ahora, sin embargo, necesitamos establecer una premisa fundamental que cambie todo el panorama. Dios no es un hombre con las limitaciones de un ser humano. No tiene tales limitaciones. Su poder le permite corregir cualquier error, deshacer cualquier daño. Para ilustrarlo, si a un ateo lo condenaron a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, pero se le diera la opción de ser ejecutado por inyección letal, ¿cuál opción escogería, crees tú? Probablemente preferiría vivir, incluso en esas circunstancias. Pero toma ese escenario y ponlo en manos de un hijo de Dios. Solo puedo hablar por mí mismo, pero si me dieran la oportunidad de elegir primero entre pasar el resto de mi vida en una caja de cemento rodeada de algunos de los peores elementos de la sociedad humana, o llegar inmediatamente al reino de Dios, bueno, la respuesta es obvia.  Mi fe en Dios me asegura de que volveré a vivir y que, para mí, el transcurso de tiempo no existiría.  Para los hijos de Dios, la muerte es simplemente un estado inconsciente similar al sueño. El tiempo que transcurre entre mi muerte y mi despertar, ya sea un día o mil años, sería para mí instantáneo. En esta situación, el único punto de vista que importa es el mío. ¿Entrada instantánea al reino de Dios versus toda una vida en prisión? Ni pensarlo dos veces.  Así, también, razonó el apóstol Pablo.

 “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.  Ahora bien, si seguir viviendo en este mundo[a] representa para mí un trabajo fructífero, ¿qué escogeré? ¡No lo sé!  Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo. (Filipenses 1: 21-24 NVI)

Debemos considerar todo lo que los opositores señalan en su esfuerzo por encontrar fallas en Dios, para acusarlo de atrocidades, genocidio y la muerte de inocentes, y verlo con ojos de fe. Los evolucionistas y ateos se burlan de esto. Para ellos, toda la idea de la salvación humana es una locura, porque no pueden ver con la vista de la fe

“¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría de este mundo?  Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.  Los judíos piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles, pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.  Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana.” (1 Corintios 1: 20-25 NVI)

Algunos todavía podrían discutir, pero ¿por qué matar al bebé? Claro, Dios puede resucitar a un bebé en el Nuevo Mundo y el niño nunca notará la diferencia. Habrá perdido la posibilidad de vivir durante el tiempo de David, pero vivirá en cambio en el tiempo del David Mayor, Jesucristo, en un mundo mucho mejor de lo que jamás podría haber sido el antiguo Israel. Nací a mediados del siglo pasado y no me arrepiento de haberme perdido el siglo 19, ni el 18. De hecho, dado lo que sé sobre esos siglos, estoy bastante feliz de haber nacido cuando y donde estaba. Aun así, la pregunta sigue pendiente: ¿por qué Jehová Dios tomó la vida del niño?

La respuesta a eso es más profunda de lo que podría pensar inicialmente. De hecho, tenemos que ir al primer libro de la Biblia para sentar las bases, no solo para responder a esa pregunta, sino para todas las demás relacionadas con los hechos de Dios con respecto a la humanidad a lo largo de los siglos. Comenzaremos con Génesis 3:15 y seguiremos avanzando. Será el tema de nuestro próximo video de esta serie.

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