Hola. Antes de comenzar con el tema de hoy que relaciona el rol de la mujer y el hombre en matrimonio desde el punto de vista de las escrituras, me gustaría tratar un asunto que ha quedado pendiente de nuestro análisis en el video anterior.  Se trata del significado de 1 Corintios 11:10. En la Traducción del Nuevo Mundo en Español, este versículo dice:

«Por eso la mujer debe llevar una señal de sujeción sobre la cabeza, debido a los ángeles». (1 Corintios 11:10).

Sin embargo, note como el BibleGateway.com nos da información acerca de como vierten las demás versiones en Español este pasaje (ver Figura 1):

Curiosamente, la Sociedad Watchtower ha cambiado la palabra “autoridad” por “sujeción” en este asunto… ¿error de traducción o sesgo intencionado?

Ahora, en el interlineal, no hay una palabra que corresponda a «señal de sujeción». Esto es lo que dice el interlineal.

Note que el comité de la traducción utilizada por los Testigos de Jehová yerra tremendamente al verter exousia como sujeción ya que como vimos en un video anterior, significa autoridad o capacidad de ejercer liderazgo. Por ello notamos que las 19 versiones de la Biblia en Español que acabamos de leer utilizan los términos correctos.

Sin embargo, surge ahora la cuestión, ¿cuándo una mujer participa en la congregación orando o profetizando debe cubrirse la cabeza?

Aparentemente, las cosas no son tan sencillas como parecen, ¿o si? En 1 Corintios 11:3, Pablo escribe bajo inspiración dando a las mujeres la autoridad para orar y profetizar y, por lo tanto, enseñar dentro de la congregación. Recuerde de nuestros estudios anteriores que los hombres de Corinto estaban tratando de quitarle esto a las mujeres. Entonces, una forma de entender  todo esto, y no estoy diciendo que esto sea el evangelio, solo una opinión digna de discusión, una forma de entender esto es que estamos hablando de una señal externa de que las mujeres tienen autoridad para orar y predicar, no que estén bajo autoridad de nadie.

Si ingresa a un área restringida en un edificio gubernamental, necesita un pase, una placa que se muestra claramente para indicar a toda persona que tiene la autoridad para estar allí. La autoridad para orar y enseñar en la congregación viene de Jesús y se coloca tanto en las mujeres como en los hombres, y el cubrimiento de la cabeza del que habla Pablo, ya sea un pañuelo o su propio cabello largo, es una señal de ese derecho, esa autoridad. Solo como punto para discusión.

Bien, entremos a nuestro tema de hoy empezando con una pregunta:

En Efesios 5:33 leemos:

«Sin embargo, cada uno de ustedes debe amar a su esposa tal como se ama a sí mismo. A su vez, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo». (TNM:2019).

¿Por qué no se le dice a la esposa que ame a su esposo como se ama a sí misma y por qué no se le dice al marido que respete a su esposa?

Bien, es una pregunta compuesta, pero este consejo parece algo desigual, ¿de acuerdo?

Dejemos la respuesta a esa pregunta hasta el final de nuestra discusión de hoy.

Por ahora, juntos, retrocedemos diez versículos y leeremos esto:

“porque el esposo es cabeza de su esposa…”. (Efesios 5:23 TNM).

¿Qué entiende Usted de este pasaje que recién leímos?  ¿Significa eso que el marido es el “jefe” de su esposa?

Tenemos la base para quizás pensar eso ya que después de todo, el versículo 22 dice: “Que las esposas estén en sujeción a sus esposos…”. (Efesios 5:22 TNM).

Pero luego, tenemos que el versículo 21 nos dice que: “Estén en sujeción unos a otros…”. (Efesios 5:21 TNM).

Entonces, ¿Pablo, qué consejos estás dando a los casados? ¿Por un lado nos dices que las esposas estén en sujeción a sus esposos pero, por otro lado, nos dices que todos estamos en sujeción a todos? ¿Cómo se guarda el orden en el matrimonio si tú mismo nos confundes?

Y posteriormente, más nos confundes Apóstol Pablo al decirle a los Corintios que:

“La esposa no es quien tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Del mismo modo, el esposo no es quien tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposa”. (1 Corintios 7:4 TNM).

Esto último, no encaja con la idea de que el marido es el jefe y la esposa es la que obedece.

Bien, si todo esto le resulta confuso, me confieso que soy parcialmente el culpable. ¿Qué hice? Démosle el nombre de “licencia artística”. Pero ahora les pido de favor que arreglemos este confuso desorden bien organizado que he generado. Comenzaremos en el versículo 21 del capítulo 5 de Efesios.

Veamos la forma en que diferentes versiones de la Biblia en Español vierten este pasaje (ver Figura 3):

Note que en Español, el motivo de someternos, sujetarnos, servirnos o respetarnos los unos a los otros es por:

  • Temor a Cristo.
  • Reverencia a Cristo.
  • Respeto a Cristo.
  • Atención a Cristo.
  • Temor a Dios.
  • Honrar a Cristo.

¿Qué palabra usó Pablo que se encuentra detrás de estas diferentes formas Hispanas de traducirla?

Vayamos al Interlineal y lo podemos ubicar para darnos una mejor idea acerca del mensaje principal que deseaba transmitirnos el Apóstol:

La palabra Griega usada por Pablo es phóbos.  En el Griego del dia de Pablo, se refería a un temor reverencial.  Es similar al temor sano que tiene un hijo de cometer un error que origine una decepción a sus padres a quienes ama y reverencia con todo su corazón. Igualmente, amamos a nuestro Señor y verdaderamente no queremos decepcionarlo, nos debe literalmente aterrar la idea de desobedecerlo. Siempre queremos encontrar el amor y la gracia de nuestro Señor sobre nosotros.

Con esto en mente entendemos que “nos sujetamos”, es decir, nos respetamos, amamos, ayudamos y toleramos los unos a los otros en la congregación debido a nuestra reverencia o nuestro respeto o nuestro temor a Cristo.

Igualmente, en el matrimonio, “nos sujetamos” a nuestro o nuestra cónyuge, esto es, le respetamos, amamos, ayudamos y toleramos debido a nuestra reverencia o nuestro respeto o nuestro temor a Cristo.

Así que, de entrada, Pablo comienza a llevarnos con un enlace a Jesús. Lo que leemos en los siguientes versículos está directamente relacionado con nuestra relación con el Señor y nosotros.

Pablo está a punto de darnos una nueva forma de ver nuestra relación con nuestros hermanos y hermanas de la Iglesia y con nuestro cónyuge y para evitar malentendidos, nos está dando un ejemplo de cómo deben funcionar estas relaciones. Está usando algo que entendemos, para ayudarnos a entender algo nuevo y diferente a la acostumbrado.

Leamos el siguiente versículo:

“Las esposas deben estar sujetas a sus esposos como al Señor”.  (Efesios 5:22 Dios Habla Hoy).

Por lo tanto, no podemos simplemente decir, «la Biblia dice que las esposas deben estar sujetas a sus esposos, y por ello, la mujer debe estar callada y sumisa a la voluntad arbitraria del esposo”, ¿verdad? Tenemos que analizarlo y sacar conclusiones acertadas que nos lleven a adorar y vivir correctamente, ¿no? Note: “Como al Señor”, nos sigue diciendo el Apóstol. Por lo tanto, la “sumisión” que las esposas deben mostrar a los maridos es similar a la sumisión que todos nosotros, hombres y mujeres, le debemos y brindamos a Jesús.

El siguiente versículo nos sigue diciendo:

“Porque el esposo es cabeza de la esposa, como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo; y él es también su Salvador”.  (Efesios 5:23 Dios Habla Hoy).

Pablo continúa usando la figura literaria del símil para describir la relación que Jesús tiene con la congregación para explicar el tipo de relación que un esposo debe tener con su esposa. El Apóstol a las Naciones se está asegurando de que no hagamos nuestra propia interpretación de la relación entre marido y mujer. Quiere atarla a la relación que existe entre nuestro Señor y el cuerpo de la iglesia. Y nos recuerda que la relación de Jesús con la iglesia implica que él sea su salvador.

Ahora sabemos por nuestro último video que la palabra «cabeza» en griego es kephalé y que no significa autoridad sobre otro. Si Pablo estuviera hablando de un hombre que tiene autoridad sobre una mujer y que Cristo tiene autoridad sobre la congregación, no habría usado kephalé.  En cambio, habría usado una palabra como exousia que significa autoridad.

Recuerde que en 1 Corintios 7:4 nos dice claramente que una esposa tiene autoridad sobre el cuerpo de su esposo y viceversa. Allí no encontramos kephalé (cabeza) sino la forma verbal de exousia, que significa «autoridad sobre».

Pero aquí en Efesios, Pablo usa kephalé, que puede significar «cima, corona o fuente».

Ahora, detengámonos en eso por un momento. Dice que «Cristo es la cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo». La congregación o iglesia es el cuerpo de Cristo. La cabeza está en la parte superior del cuerpo y dirige el cuerpo, pero el cuerpo está formado por muchos miembros, todos los cuales se valoran por igual. Todo lo cual la cabeza protegerá del daño. Si un miembro sufre, todo el cuerpo sufre. Los ojos y los oídos introducen información en la cabeza. El corazón suministra oxígeno a la cabeza para mantenerla viva y a todo el cuerpo. Las manos introducen información táctil en la cabeza, pero la cabeza también utiliza las manos para manipular el mundo que la rodea. Cada miembro sirve a la cabeza, pero la cabeza también sirve a cada miembro, y los guía y protege. Pablo hace esta analogía de que los miembros de la iglesia son como los varios miembros del cuerpo una y otra vez. Lo usa cuando escribe a los Romanos, los Corintios, los Efesios, los Gálatas y los Colosenses.

¿Alguna parte de su cuerpo siente que está siendo abusada por su cabeza? ¿Alguna parte de su cuerpo se siente despreciada por su cabeza? ¿Cómo se ve a sí mismo? ¿Cómo cerebro? ¿Cómo cabeza? No, se ve a sí mismo como la persona completa que es.

Jesús y el cuerpo de la congregación son uno. (Juan 17:20-22).

Ahora tú, como miembro de ese cuerpo, ¿cómo te sientes?  ¿Sientes que Jesús te exige demasiado? ¿Piensas en Jesús como un jefe de corazón duro que solo se preocupa por sí mismo? ¿O te sientes cuidado y protegido? ¿Piensas en Jesús como alguien que estuvo dispuesto a morir por ti? ¿Como alguien que pasó su vida sin ser servido por otros, sino esforzándose por servir a su rebaño?

Ahora ustedes, hombres, comprenden lo que se espera de ustedes como “cabeza” de la mujer.

Ni siquiera es como si pudieras establecer las reglas.  Jesús nos dijo “…que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre…”. (Juan 8:28 Reina Valera Revisada:1960).

Se deduce que los esposos deben seguir ese ejemplo y no hacer nada por su propia autoridad, sino solo en base a lo que Dios nos ha enseñado mediante Jesús.

Vayamos al siguiente versículo:

“Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las esposas deben estar en todo sujetas a sus esposos”.  (Efesios 5:24 Dios Habla Hoy).

Nuevamente, la comparación se hace entre la iglesia o congregación y Cristo. Una esposa no tendrá ningún problema en “sujetarse”, esto es, amar, respetar, considerar a un esposo si él actúa como lo hace Cristo como cabeza de la congregación.

Por ello, me encanta como traduce este pasaje la versión Reina Valera Contemporánea:

“Así como la iglesia honra a Cristo, así también las casadas deben honrar a sus esposos en todo”.

Note que el traductor de esta versión nos dice que las casadas deben honrar a sus esposos tal y como la Iglesia honra a Cristo… esto es, tener en alta estima, alto respeto, alta admiración. Notemos que el Apóstol no promueve ni el machismo ni el feminismo, básicamente nos tiene tratando de promover una igualdad, si, igualdad, ¿de qué tipo?

Pablo continúa con su explicación:

“Esposos, amen a sus esposas como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. Esto lo hizo para santificarla, purificándola con el baño del agua acompañado de la palabra para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa y perfecta»  (Efesios 5:25-27 Dios Habla Hoy).

¿Observamos la igualdad? El amor, el respeto, el cuidado, esto es, la “sujeción” mutua. Todo esto suena muy hermoso, pero ¿cómo puede un esposo lograr esto de manera práctica en el mundo actual con todos los problemas que enfrentamos?

Permítanme intentar explicar eso a partir de algo que experimenté en mi propia vida. A mi difunta esposa le encantaba bailar. Yo, como la mayoría de los hombres, era muy aburrido para eso del baile. Realmente sentía que me veía horrible porque no sabía cómo moverme correctamente al ritmo de la música, y más si se escuchaba una cumbia latina! Sin embargo, cuando tuvimos algo de efectivo disponible, decidimos tomar lecciones de baile. En nuestra primera clase de mujeres en su mayoría, por naturaleza, son más desenvueltas que los hombres, el instructor comenzó diciendo: «voy a empezar con los hombres del grupo porque, por supuesto, el hombre marca el ritmo», a lo que una estudiante muy joven protestó: «¿Por qué el hombre tiene que liderar?»

En ese momento, todas las demás mujeres del grupo se rieron de ella. La pobre parecía bastante avergonzada.  Para su aparente sorpresa, no recibió apoyo de las otras mujeres del grupo. A medida que aprendí más y más sobre el baile, comencé a ver por qué era así, y llegué a ver que el baile es una metáfora excepcionalmente buena de la relación hombre/mujer en el matrimonio.

Aquí tienes una foto de una competencia de baile. ¿Que notaste? Todas las mujeres están vestidas con espléndidos vestidos, cada una con vestido diferente, de colores llamativos; mientras que todos los hombres están vestidos aburridamente como pingüinos, de manera idéntica. Esto se debe a que el papel del hombre es presumir a la mujer.  Hablando del baile, la mujer es el centro de atención.  Tiene los movimientos más llamativos y difíciles, llenos de gracia y encanto. El papel del hombre en el baile es apoyarla.

¿Qué dijo Pablo sobre Cristo y la congregación? Me gusta bastante la manera en que la Traducción en Lenguaje Actual vierte el versículo 27: “Cristo quiso regalarse a sí mismo una iglesia gloriosa, apartada del mal y perfecta, como un vestido sin una sola arruga ni una sola mancha, ni nada parecido”.

Ese es el papel de un esposo para su esposa en el matrimonio. La razón por la que las mujeres no tienen ningún problema con la idea de que los hombres lideren la pista de baile es que entienden que bailar no se trata de dominar. Bailar se trata de cooperación.  Se trata de dos personas que se mueven al unísono con la música para producir algo hermoso para la vista cuando se hace correctamente. Una obra de arte en movimiento.  El hombre luce y presume a su pareja. La mujer se siente radiante y se siente apegada a su pareja.

Así es como funciona.

No se inventan pasos de baile sobre la marcha. Se tienen que aprender. Alguien más los ha diseñado. Hay pasos para cada tipo de música. Hay pasos de baile para la música del vals y diferentes pasos para la cumbia, o el tango, o la salsa, pero cada tipo de música requiere diferentes pasos.

En una fiesta nunca se sabe que van a tocar los músicos a continuación. Pero tienes que estar preparado para el ritmo que venga. Algo similar sucede en el “baile de la vida”. Nunca sabes qué ritmo te depara la vida. Tenemos que enfrentar muchos desafíos en un matrimonio. Hay preocupaciones financieras, preocupaciones de salud y situaciones familiares. ¿Cómo manejamos todas estas cosas? ¿Qué pasos tomamos para tratar con ellos de una manera que traiga gloria a nuestro matrimonio? Al igual que el baile, para enfrentar las eventualidades de la vida no hacemos los pasos nosotros mismos. Alguien ya los ha diseñado para nosotros. Para un cristiano, ese diseñador de los pasos es el Padre que nos ha comunicado todas estas cosas a través de su hijo Jesucristo.

Si el hombre está tomando la iniciativa en el baile, ¿cómo le dice a la mujer qué pasos están a punto de realizar? ¿Un retroceso básico, o un giro a la izquierda, o un avance progresivo, o un paseo, o un giro? ¿Cómo lo sabe ella?

Hace todo esto a través de una forma de comunicación muy sutil. Igualmente, en la vida marital la comunicación es la clave para un matrimonio exitoso. Lo primero que les enseñan a los hombres en la clase de baile es el marco de baile. El brazo derecho del hombre forma un semicírculo con la mano apoyada en la espalda de la mujer al nivel del omóplato. Ahora la mujer apoyará su brazo izquierdo sobre el brazo del hombre con su mano sobre su hombro. La clave es que el hombre mantenga rígido el brazo. Cuando su cuerpo gira, su brazo gira con él. No puede quedarse atrás, porque es el movimiento de su brazo lo que guía a la mujer. Por ejemplo, para evitar pisarle los pies, se inclina hacia ella antes de levantar el pie del suelo. Él siempre conduce con el pie izquierdo, por lo que cuando ella lo sienta inclinarse hacia adelante, comenzará a mover el pie derecho hacia atrás incluso antes de que él levante el izquierdo. Si no lo siente moverse, no puede responder y alguien le va a pisar el pie y eso es malo.

Entonces, una comunicación sincera pero amable, esa es la clave. La mujer necesita saber qué se propone hacer el hombre; ella está en el matrimonio. La mujer necesita y quiere estar en estrecha comunicación con su pareja.  Quiere conocer su mente, entender lo que siente por las cosas. Al bailar, necesitan moverse como uno. En la vida, deben pensar y actuar como uno. Ahí es donde reside la belleza de un matrimonio. Eso solo viene con tiempo, mucha práctica y muchos errores, se necesitan de muchos “pisotones”.

El hombre no le dice a la mujer lo que tiene que hacer. No es su jefe. Él se está comunicando con ella para que ella lo sienta.

¿Sabes lo que Jesús quiere de ti? Por supuesto, porque nos lo ha dicho claramente, y más nos ha dado el ejemplo.

Ahora, desde el punto de vista de la mujer, tiene que esforzarse por soportar su propio peso. En el baile, ella apoya su brazo sobre el de él suavemente. El propósito es el contacto para la comunicación. Si ella apoya todo el peso de su brazo en el de él, se cansará demasiado rápido. Aunque trabajan como uno solo, cada uno lleva su propio peso.

En el baile, siempre hay un compañero que aprende más rápido que el otro. Una bailarina experta ayudará a su pareja a aprender nuevos pasos y mejores formas de liderar, de comunicarse. Un bailarín experto no conducirá a su pareja a pasos que aún no haya aprendido.  Recuerde, el propósito es producir una hermosa sincronicidad en la pista de baile, no avergonzarse unos a otros. Cualquier cosa que haga que una pareja se vea mal, hace que ambos se vean mal.

En el baile, no estás compitiendo con tu pareja. Estás cooperando con tu pareja. Ganan juntos o pierden juntos.

Esto nos lleva a la pregunta compuesta que planteé al principio: ¿Por qué no se le dice a la esposa que ame a su esposo como se ama a sí misma y por qué no se le dice al marido que respete a su esposa?  Les digo que lo que ese versículo nos dice en realidad es lo mismo desde dos puntos de vista diferentes.

Si escuchas a alguien decir, «ya nunca me dices que me amas». ¿Asumiría de inmediato que está escuchando a un hombre o a una mujer?

No espere que su esposa comprenda que la ama a menos que lo refuerce constantemente con una comunicación abierta. Dígale que la ama y demuestre que la ama. Los grandes gestos suelen ser menos importantes que muchos y frecuentes detalles pequeños… a veces son tan pequeños que para un hombre son ínfimos, pero para ella son de gran valor. Puede bailar todo un baile con solo un par de pasos básicos, pero le dice al mundo cómo se siente luciendo a su pareja de baile y, lo que es más importante, le muestra lo que siente por ella. Encuentre la manera todos los días de demostrarle que la ama tanto como a usted mismo.

Regresemos a la segunda parte de Efesios 5:24 “..las casadas deben honrar a sus esposos en todo”. Pablo recomienda que las casadas deben HONRAR, esto es, respetar, estimar a sus esposos. En un baile, el hombre está de frente en la dirección en que se mueven porque tiene que evitar colisiones. Las mujeres, sin embargo, no miran hacia donde van ya que se mueven a ciegas. Es una cuestión de absoluta confianza en el hombre.

Aquí hay un escenario de la vida real: una pareja de recién casados ​​tiene un fregadero que gotea. El marido está trabajando con sus llaves y la esposa se queda pensando y se dice con total admiración: «Ah, él puede hacer cualquier cosa». Avanzan los años. Mismo escenario 20 años después. El esposo está debajo del mismo fregadero tratando de arreglar la nueva fuga. La esposa ahora le dice a su esposo con total decepción: «Tal vez deberíamos llamar a un plomero»…. ¡Zas! ¡Como una puñalada directo al corazón!

Para los hombres, el amor se trata de respeto. He visto mujeres trabajando en algo, cuando otra mujer entra al grupo y ofrece una sugerencia sobre cómo hacerlo mejor.  Escuchan y aprecian los consejos. Pero eso no se ve tanto en los hombres. Si me encuentro con un amigo que está haciendo algo e inmediatamente le ofrezco un consejo, es posible que no salga tan bien. No le estoy mostrando respeto. Ahora, si pide un consejo, entonces me está diciendo que me respeta, respeta mis consejos. Así es como se unen los hombres. Los hombres tenemos como parte de nuestra personalidad un extraño sentido del orgullo personal que es parte de nuestra naturaleza.

Entonces, cuando Efesios 5:33 les dice a las mujeres que respete a sus maridos, en realidad está diciendo lo mismo que les dice a los maridos. Está diciendo que debes amar a tu esposo, pero te está diciendo cómo expresar ese amor de una manera que un hombre pueda entender.

Cuando mi difunta esposa y yo íbamos a bailar, a menudo estábamos en una pista de baile llena de gente. Tenía que estar listo para cambiar a un paso diferente para evitar una colisión. A veces, retrocedía, pero me quedaba en un punto ciego, pero ella podía vernos a punto de chocar con otra pareja, entonces yo sentía su resistencia y sabía cuando parar. La comunicación es como una calle de dos sentidos.

¿Y qué pasa cuando se colisiona a otra pareja? En una caída, la etiqueta adecuada requiere que el hombre use su mayor volumen para girar de modo que esté debajo para amortiguar la caída de la mujer. Una vez más, Jesús se sacrificó por la congregación. Un esposo debe estar dispuesto a asumir el golpe para salvaguardar a la esposa.

Como esposo o esposa, si alguna vez se preocupa porque no está haciendo lo que debe hacer para que el matrimonio funcione, entonces mire el ejemplo que Pablo nos da de Cristo y la congregación. Encuentre allí un paralelo con su situación, y verá cómo solucionar el problema.

Espero que esto aclare en algo la confusión sobre el mal llamado principio de jefatura. He estado expresando varias opiniones personales basadas en base a mi experiencia y comprensión. También me he involucrado en algunas generalidades. Por favor, comprenda que estas son sugerencias. tome lo que mejor le parezca e ignore lo que le parezca fuera de lugar. Tengo la mejor de las intenciones.

Con esto concluimos la serie de videos sobre el papel de la mujer. Gracias por vernos. Continuaremos con un interesante video de James Penton y luego entraremos en el análisis de la naturaleza de Jesús y la cuestión de la Trinidad. Si desea ayudarme a seguir adelante, hay un enlace en la descripción de este video para facilitar las donaciones.