Recientemente, la organización de los testigos de Jehová publicó un video en el que Anthony Morris III denuncia a los apóstatas. Es una pequeña pieza de propaganda particularmente odiosa, y si eso fuera todo, no sería digno de mención adicional.

He recibido varias solicitudes para hacer una revisión de esta discursito de Morrisito. Pero sinceramente les digo que lo veía como una pérdida de tiempo.  Como dijo una vez el famoso primer ministro de Inglaterra, Winston Churchhill: “Nunca llegará a su destino si se detiene a lanzar piedras a cada perro que ladra”.

Mi objetivo no es destruir la organización de los testigos de Jehová. Creo que el cuerpo gobernante está haciendo esto por sí mismos. Sin embargo, todavía hay buenos cristianos en la organización. Hay trigo creciendo entre la mala hierba.  Así que mi enfoque ha cambiado desde los primeros días de mi salida de JW.org. Ahora, mi interés es hacer lo poco que pueda para ayudar a los hijos de Dios a liberarse de la religión falsa, sea testigos de Jehová u otra. Es por eso que sentí que había poco que ganar al sumar mi voz al coro de críticas sobre el discurso lleno de odio de Morris. Sin embargo, un comentario reciente destacó un versículo de la biblia que desconocía y esa cambio el escenario para mí. Les explico.  Comenzamos por considerar esas palabras de Morris:

“Me gustaría hablar hoy sobre el fin de los enemigos de Dios, así que espero que sea animador, que es un tema serio. Y para empezar, vamos a ver unas palabras muy animadoras en el Salmo 37.  Así que busquen el Salmo 37 y…y verán que este versículo tiene unas palabras muy interesantes.  Versículo 20.”

“Pero a los malvados les llegará su fin; los enemigos de Jehová desaparecerán como el esplendor de los pastos; como humo, se desvanecerán.”

Eso fue del Salmo 37:20 y es la razón de la controvertida ayuda visual de memoria que emplea al final de su presentación en video.

Sin embargo, antes de llegar alla, primero saca esta conclusión interesada:

“Como Jehová es nuestro mejor amigo, los enemigos de Jehová son también nuestros enemigos.”

A partir de este momento, todo lo que dice Morris se basa en esta premisa, la cual es aceptada de todo corazón por sus oyentes.

Pero, la premisa es falsa. Puedo ver a Jehová como mi amigo, pero lo que importa es cómo Él me vea a mí.

¿No nos advirtió Jesús que cuando él regrese, habrá muchos que lo reclamarán como su amigo, clamando: “Señor, Señor, no hicimos muchas cosas maravillosas en tu nombre”, pero su respuesta será: “Nunca los conocí”? (Ver Mateo 7:22, 23)

“Nunca los conocí.”

Morris llama a Jehová su mejor amigo, pero Jesús habla por su Padre y aquel día, será Jesús quien determine a quién llamará “amigo”.

Por supuesto, Jesús nos enseñó a ver a Dios como un niño ve a su padre no como un amigo ve a otro amigo, pero esa es charla para otro día.

Estamos a punto de llegar a la parte de mayor interés.

En la marca 2:37, Morris lee Isaías 66:2.

“Y saldrán y mirarán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque los gusanos que hay en ellos no morirán y el fuego que los consume no se extinguirá, y serán algo repulsivo para toda la gente”  (Isaías 66:24).

Luego, es desde la marca de las 6:30 que realmente demuestra lo que está en su corazón:

“Y, francamente, para los amigos de Dios es muy tranquilizador saber que por fin todos estos enemigos de Dios, que lo han calumniado, van a ser destruidos para siempre.  No van a volver a vivir nunca.  Bueno, no es que nos alege que alguien se muera, pero cuando se trata de los enemigos de Dios, pues, nos alegra que ya no estén, especialmente los apostatas que en su dia dedicaron su vida a Jehová y después se pusieron de parte de Satanás el diablo, el mayor apóstata de todos los tiempos.”

Luego concluye con esta ayuda visual de memoria:

“Esto es lo que Jehová promete.  Así será con los enemigos de Jehová.  Se desvanecerán como humo.”

Aquí está la trampa en la que continúan cayendo: toman un versículo que parece apoyar su punto de vista e ignoran el contexto. Es una trampa que vamos a evitar nosotros, ¿sí?

Él citó Isaías 66:24, el último versículo del último capítulo del libro de Isaías. Pero, ¿de quién está hablando Isaías? ¿Quién encaja realmente en el modelo profético presentado en ese capítulo?

Voy a leer de la Nueva Traducción Viviente porque es más fácil de entender que la traduccíon muy literal que proviene de la versión de los testigos.  (Solo he realizado un pequeño cambio. Reemplacé “SEÑOR” por “Jehová” no solo por fidelidad al original, sino para mayor énfasis, ya que estamos abordando ideas presentadas por los testigos de Jehová.)

Esto dice Jehová: «El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Podrían acaso construirme un templo tan bueno como ése? ¿Podrían construirme un lugar de descanso así?

Con mis manos hice tanto el cielo como la tierra; son míos, con todo lo que hay en ellos. ¡Yo, Jehová, he hablado!» (Isaias 66:1, 2a)

Aquí Jehová comienza su reprensión de los infieles que, como veremos en un momento, creen que están en paz con Dios porque le han construido un gran templo y hacen sacrificios de acuerdo a la ley. Pero no son ni templos ni sacrificios lo que agradan a Dios. Lo que le agrada se explica en el resto del versículo dos:

Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido, a los que tiemblan ante mi palabra. (Isaias 66:2b)

“un corazón humilde y arrepentido”. Lo contrario de orgulloso y altivo. Y los que “tiemblan ante su palabra” muestran que estos se someten a sus mandamientos y temen disgustarlo.

Ahora, habla de otros que no son de este tipo.

Pero a los que escojan sus propios caminos y se deleiten en sus pecados detestables, no les aceptaré sus ofrendas. Cuando tales personas sacrifiquen un toro, no será más aceptable que un sacrificio humano. Cuando sacrifiquen un cordero, será como si hubieran sacrificado un perro. Cuando traigan una ofrenda de grano, igual sería que ofrecieran sangre de cerdo. Cuando quemen incienso, será como si hubieran bendecido a un ídolo. (Isaias 66:3)

Sacrificar un toro o un cordero o hacer una ofrenda de granos o quemar el incienso conmemorativo eran todos actos apropiados de adoración según la ley, y sin embargo, aquellos que hacen  tales cosas estaban, a los ojos de Dios, cometiendo abominaciones como el asesinato u ofreciendo un animal inmundo como un perro, o derramar la sangre de un animal inmundo como un cerdo o hacer algo aborrecible como la adoración de ídolos.

Aquí habla de la adoración de Israel. Ahora, según los testigos de Jehová, la primera organización terrestre de Jehová fue la nación de Israel. Entonces él está aquí hablando a su organización. ¿Y qué será de ellos?

Yo les enviaré grandes dificultades: todas las cosas que ellos temían. Cuando los llamé, no me respondieron. Cuando les hablé, no me escucharon. Pecaron deliberadamente ante mis propios ojos y escogieron hacer lo que saben que yo desprecio». (Isaias 66:4)

Entonces, cuando Anthony Morris citó el último versículo de este capítulo que habla de la matanza de estos y sus cuerpos siendo consumidos por gusanos y fuego, podemos ver que no estaba hablando de los enemigos de Israel, sino de esos gatos gordos sentados pensando que estaban en paz con Dios. Esto queda sumamente claro por lo que nos dice el siguiente versículo, el versículo 5.

Escuchen este mensaje de Jehová, ustedes que tiemblan ante sus palabras: «Su propio pueblo los odia y los expulsa por ser leales a mi nombre. “¡Que Jehová sea honrado! —se burlan—. ¡Alégrense en él!”. Pero ellos serán avergonzados.

¿Qué es ese alboroto que hay en la ciudad? ¿Qué es ese ruido tan terrible que viene del templo? Es la voz Jehová, vengándose de sus enemigos. (Isaias 66:5, 6)

Bien, entonces, ¿Quiénes son los enemigos que reciben la venganza de Dios?  Estos son los que piensan que piensan que están glorificando al Señor y clamando de gozo. Son los mismos que odian a los que tiemblan ante la palabra del Señor y los expulsan.

De nuevo, según Isaias 66, los enemigos de Jehová eran los líderes religiosos de su organización quienes odiaban y expulsaron a los humildes que temblaban ante la palabra de Dios.

¿Qué sucede cuando alguien se niega a obedecer al cuerpo gobernante, tal vez negándose a enseñar una doctrina falsa como 1914 o las otras ovejas, o tal vez tratando de arreglar una mala política como la expulsión de los inocentes mientras protegen a los abusadores sexuales de niños? Son odiados y excluidos, es decir, expulsados.

Hay muchos que han soportado un gran dolor y sufrimiento porque tiemblan ante la palabra de Dios, lo que significa que tienen mucho más miedo de desobedecer a Dios que al desobedecer los dictados del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová. Estos hombres y mujeres fieles no odian a sus compañeros cristianos ni los excluyen. Más bien, quieren hablar con sus hermanos y hermanas y razonar con ellos. Estos son los que Anthony Morris llama apóstatas despreciables.

Antes de continuar, necesito aclararles algo. Voy a reproducir una pequeña parte del video original en inglés, porque el traductor en español no tradujo correctamente las palabras de Anthony Morris, y la redacción exacta de lo que dice es fundamental para comprender la gravedad de la actitud que ahora prevalece en la organización de los testigos de Jehová.

“All these despicable enemies.  Especially these despicable apostates.”

Los traductores de la Watchtower al español no hacen un trabajo preciso al traducir las palabras de Anthony Morris en la marca 6:34 minutes dice no solo “enemigos” sino “despreciables enemigos” y luego en la marca 6:53 minutes dice no solo “apostatas” sino “despreciables apostatas”.

¿En qué terminarán estos despreciables apóstatas según Anthony Morris? Después de leer Isaías 66:24 pasa a Marcos 9:47, 48. Escuchemos lo que tiene que decir:

“Lo que hace que esta declaración sea aun más impactante es el hecho de saber que probablemente Jesucristo tenía en mente este versículo cuando dijo estas palabras bien conocida por cualquier testigo de Jehová que se encuentran en Marcos…buscamos el capítulo nueve. Aquí hay una advertencia muy clara para todo aquel que quiere ser amigo de Jehová.  Veamos los versículos 47 y 48.”

“Y, si tu ojo te hace tropezar, échalo lejos. Es preferible que entres en el Reino de Dios con un solo ojo a que con los dos ojos seas echado a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.”

De modo que vincula Isaías 66:24 con Marcos 9:47, 48 para poder mostrar que sus despreciables apóstatas morirán eternamente en el Gehena, un lugar del cual no hay resurrección. Pero como a Anthony Morris le gusta hacer enlaces, hagamos algunos más, aunque no creo que se alegrará al ver las consecuencias. ¿Quién más termina en Gehena? Leamos Mateo 5:22:

“Sin embargo, yo les digo que todo el que continúe airado con su hermano será responsable al tribunal de justicia; pero quienquiera que se dirija a su hermano con una palabra execrable de desdén será responsable al Tribunal Supremo; mientras que quienquiera que diga: ‘¡Despreciable necio!’, estará expuesto al Gehena de fuego.” (Mateo 5:22)

Jesús no está diciendo que la mera expresión en griego traducida aquí como “despreciable necio!” es todo lo que se necesita pronunciar para que uno sea condenado a muerte eterna. Jesús mismo usa esa expresión griega en una o dos ocasiones cuando habla con los fariseos. Más bien, lo que quiere decir aquí es que esta expresión proviene de un corazón lleno de odio, dispuesto a juzgar y condenar al hermano. Jesús tiene derecho a juzgar, de hecho, Dios lo nombra para juzgar al mundo. Pero tú, yo y Anthony Morris … no tanto.

¿Será lo mismo decir “despreciable necio” o “despreciable apostata”?

Me gustaría que mirara otro versículo ahora en el Salmo 35:16 que dice:

Entre los apóstatas que se mofan por una torta hubo un crujir de sus dientes aun contra mí. (Salmo 35:16)

¿”Entre los apóstatas que se mofan por una torta”? Sé que eso no tiene sentido, ¿verdad? Pero Fred Franz no era un erudito en hebreo cuando hizo la traducción del hebreo. Sin embargo, la nota al pie aclara el significado. Dice: “bufones impíos”. Un bufón es un tonto, un necio.

Así que al hablar aquí de apostatas, se refiere a bufones o tontos o necios impíos.

¿Por qué fue que los traductores al español excluyeron la palabra “despicable” (“despreciable” in English)?  No sé, pero una posibilidad es que se dieron cuenta del lio en que se metía Morrisito. Pues, no solo ignoraba lo que Jesus dice, que para ellos parece ser cosa de menos importancia, sino lo que sus propias publicaciones dicen.

De la Atalaya de Febrero 15, página 31 “Preguntas de los lectores”.

“¿Qué significa, entonces, la expresión “¡Despreciable necio!”? La palabra empleada aquí se parece a un término hebreo que significa “rebelde” o “amotinado”. Designa a alguien desprovisto de valía moral, un apóstata que se rebela contra Dios. Por tal razón, calificar a un compañero de “despreciable necio” es como afirmar que tal persona merece el castigo que se aplica a quienes se alzan contra Dios, es decir, la destrucción eterna. Desde el punto de vista divino, es en realidad el que pronuncia dicha condena quien merece esa severa sentencia: ser destruido para siempre (Deuteronomio 19:17-19).”

Anthony Morris III debería mirar detenidamente en el espejo antes de comenzar a llamar a alguien un enemigo despreciable o un apóstata despreciable según la advertencia del Señor en Mateo 5:22.

¡Todavía, hay tiempo de arrepentirse, Hermano Morris!

¿Qué aprendemos de todo esto? Dos cosas desde mi punto de vista.

Primero, no debemos temer las palabras de hombres que se han declarado amigos de Dios pero que no han consultado a Jehová para ver si él siente lo mismo para con ellos. No debemos preocuparnos cuando nos llamen por apodos como “despreciable necio” y nos expulsan, como dice Isaías 66:5, mientras van proclamando que honran a Jehová.

Jehová favorece a los humildes, contritos de espíritu y a los que tiemblan ante su palabra.

La segunda cosa que aprendemos es que no debemos seguir el ejemplo de Anthony Morris y muchos testigos de Jehová que lo emulan. No debemos odiar a nuestros enemigos. De hecho, Mateo 5:43-48 comienza con que debemos “amar a nuestros enemigos y orar por los que nos persiguen” y termina con que solo así podemos perfeccionar nuestro amor.

Por tanto, no debemos juzgar a nuestros hermanos como apóstatas, ya que el juicio se deja en manos de Jesucristo. Juzgar una doctrina o una organización como falsa está bien, porque ninguno tiene alma; pero dejemos el juicio de nuestro prójimo a Jesús, ¿de acuerdo? Nunca quisiéramos tener una actitud tan descarada que nos permitiera hacer esto:

““Los enemigos de Jehová como el esplendor de los pastos; como humo se desvanecerán.”  He pensado que esto les ayudarará a recordar siempre estas palabras de Jehová.  Esto es lo qué Jehová promete.  Así ser con los enemigos de Jehová.  Se desvanecerán como humo.”

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