Traductor Judá Ben-Hur

La primera reunión de congregación de los Testigos de Jehová a la que asistí con mi familia se celebró en el sótano de una casa que estaba lleno de muchas, muchas sillas. Aunque solo tenía 10 años, me pareció bastante intrigante. Una joven que se encontraba sentada a mi lado levantó la mano y respondió una pregunta de la revista La Atalaya. Le dije al oído: “Hazlo otra vez”. Ella lo hizo. Así comenzó mi experiencia en la religión conocida como Testigos de Jehová.

Mi padre fue el primero en nuestra familia en interesarse por esta religión, probablemente porque su hermano mayor ya era Testigo de Jehová. Mi madre aceptó un estudio bíblico en casa solo para demostrar que los Testigos estaban equivocados. Los cuatro niños nos sentábamos a regañadientes en el estudio semanal, aunque las discusiones a menudo iban más allá de nuestra comprensión y, a veces, hasta mejor nos quedábamos dormidos.

Pero parece ser que se me quedó algo de esos estudios, porque comencé a hablar con mis amigos sobre temas bíblicos de manera regular. De hecho, escribí un trabajo  escolar final en el octavo grado titulado: “¿Le temes al infierno?” Este trabajo causó un gran revuelo entre mis compañeros de clase. También cuando tenía unos 13 años tuve un debate con un padre de familia, que obviamente sabía más sobre la Biblia que yo. Finalmente, con frustración, me dije: “Bueno, puede que no hagamos todo bien, ¡pero al menos estamos aquí predicando!”

Los seis miembros de la familia fuimos bautizados con un par de años de diferencia. Mi fecha de bautizo fue el 26 de abril de 1958. No tenía todavía 13 años. Fui Precursora Auxiliar en vacaciones ese verano con mi hermano y mi hermana mayores. Como toda mi familia era bastante extrovertida y desenvuelta, fue casi muy fácil para nosotros tocar puertas y entablar conversaciones con otras personas sobre temas bíblicos.

Mi hermana y yo comenzamos a ser Precursoras Regulares tan pronto como nos graduamos de la escuela secundaria a principios de los años 60. En vista del hecho de que había sido la octava Precursora Regular en nuestra congregación original, decidimos ir a donde “la necesidad era mayor”. El Siervo de Circuito nos recomendó que ayudáramos a una congregación en Illinois a unas 30 millas de nuestra casa de la niñez.

Inicialmente vivíamos con una cálida y amorosa familia de cinco que pronto se convirtió en seis. Así que encontramos un departamento e invitamos a dos hermanas de nuestra congregación original a vivir y ser Precursoras con nosotras, ¡y nos ayudaron con los gastos! En broma nos llamamos las “Hijas de Jefté” (porque todas éramos solteras). Pasamos buenos momentos juntas. Aunque era necesario hacer rendir el dinero hasta los centavos, nunca sentí que fuésemos pobres.

A principios de los años 60, creo que alrededor del 75% de los amos y amas de casa de nuestro territorio en realidad estaban en casa y responderían a su puerta. La mayoría eran personas religiosas y estaban dispuestos a hablar con nosotras. Muchos estaban ansiosos por defender sus propias creencias religiosas ¡al igual que nosotras! Por repetir tantas presentaciones casi todos los días sonaban las Escrituras en nuestras mentes y corazones. Nos tomamos nuestro ministerio muy en serio. Cada uno de nosotras tuvimos algunos estudios bíblicos regulares. Usamos el folleto “Good News” o el libro “Let God Be True”. Además, traté de incluir un segmento de 5-10 minutos al final de cada estudio bíblico que recibió el sobrenombre de “DILO” o Dirigiendo el Interés a La Organización.

Dentro de la congregación, también estábamos muy ocupadas. Como nuestra nueva congregación era pequeña con un número limitado de hermanos calificados, tanto mi hermana como yo fuimos asignados para ocupar puestos de “Siervas”, como la «Sierva de Territorio». Incluso tuvimos que llevar a cabo el Estudio de Libro de Congregación a veces, aunque había un hermano bautizado presente. Eso fue muy incómodo para nosotras.

En 1966, mi hermana y yo solicitamos el trabajo de Precursoras Especiales y nos asignaron a una pequeña congregación en Wisconsin. Casi al mismo tiempo, mis padres vendieron su casa y su negocio de panadería y se mudaron a Minnesota como Precursores. Más tarde ingresaron a la obra de Circuito.

Nuestra congregación en Wisconsin también era pequeña con unos 35 publicadores. Como Precursoras Especiales, invertíamos unas 150 horas al mes en el servicio de campo y cada una recibía $ 50 USD al mes para gastos parte de la Sociedad que eran para cubrir el alquiler, la comida y las necesidades básicas. También recibíamos ayuda monetaria adicional porque solo teníamos que pagar a la congregación el 50% del monto que le pedíamos al público por la literatura que le colocábamos. Y fue de gran ayuda que una pareja de Testigos mayores de edad que vivía en una granja nos diera una deliciosa comida todos los lunes por la noche. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que era necesario trabajar limpiando casas al menos medio día cada semana para complementar nuestros gastos.

A veces reporté 8 o 9 estudios bíblicos cada mes. Eso fue tanto un privilegio como un gran desafío. Puedo recordar que durante un período de mi ministerio, algunas de mis estudiantes fueron víctimas de violencia doméstica. Años después, la mayoría de mis estudiantes eran mujeres mayores con ciertos problemas mentales de inicio debido al maltrato. Fue durante ese último período que cinco de mis estudiantes de la Biblia acordaron para asistir a nuestra celebración de la Cena del Señor en el Salón del Reino. Como no pude hacer que las cinco damas se sentaran cerca de mí, le pedí a una de nuestras hermanas mayores que me ayudara con una de los estudios. Imagine mi consternación cuando alguien me informó discretamente que mi estudio había comido del pan y que la hermana mayor estaba completamente confundida.

A medida que pasaron los años, me utilizaron en varias asignaciones y me entrevistaron sobre mis experiencias como Precursora y mi larga vida como Testigo. Estas asignaciones fueron verdaderos privilegios especiales y realmente los disfruté. Ahora miro hacia atrás y me doy cuenta de que son un medio eficaz para reforzar el deseo de “mantenerse en la dirección correcta”, incluso si eso significa descuidar las obligaciones familiares, como cocinar adecuadamente comidas nutritivas, atender el mantenimiento del hogar y prestar especial atención a lo que está sucediendo en el matrimonio, la vida de sus hijos o inclusive, la propia salud.

Me pasé de los últimos 61 años de mi vida entregando un reporte de servicio de campo cada mes, además, pasé 20 años en la obra de Precursora Regular y Precursora Especial, así como muchos, muchos meses de vacaciones como Precursora Auxiliar que probablemente sumaron varios años más. Pude ayudar a unas 3 docenas de personas a dedicar sus vidas y servir a Jehová. Me sentí muy privilegiada de guiarlos en su crecimiento espiritual. Ahora me pregunto si los he dirigido mal.

Mi despertar

Me gustaría mencionar que creo que la mayoría de los Testigos de Jehová son personas devotas, amorosas y dan lo mejor de sí, sacrificándose a sí mismas. NO tomé la decisión de separarme de la organización a la ligera ni por casualidad ni porque mi hija y mi esposo ya estaban “inactivos”. No fue eso, verdaderamente me angustié por dejar atrás 61 años de mi vida anterior como Testigo de Jehová, lo medité por un largo tiempo, pero después de mucho estudio, investigación y, sobretodo, oración, esto es lo que he hecho. Pero, ¿por qué he decidido hacer pública mi decisión?

Porque la verdad es muy importante. Jesús dijo en Juan 4:23 que “los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad”. Creo firmemente que la verdad puede resistir el escrutinio y vaya que les he demostrado estaba bien entrenada para COMPARTIR verdades bíblicas con cualquiera que me escuchara.

Con los años me pregunté acerca de ciertas enseñanzas, ciertos “refinamientos”, “ajustes” o “nuevas luces” y además de ciertas predicciones. Pero estaba convencida de que todas nuestras enseñanzas como Testigo de Jehová estaban basadas en la Biblia. Estaba dispuesta incluso a volver a estudiar los artículos de La Atalaya para poder repetir de manera convincente la redacción específica que usaría para explicar algún punto difícil. Pero, con práctica, a veces era difícil dar la explicación de cómo pasamos desde el 607 a.E.C. hasta 1914 E.C. para probar cuando comenzaron los últimos días y cuando Jesús se hizo “presente e invisible” como Rey del Reino de Dios.

Mi primera confrontación real con todo lo que aprendí y enseñé a otros tuvo lugar a principios de los años 80s. Mi esposo Testigo de Jehová trajo a casa el libro «Crisis de conciencia» de Raymond Franz. ¡Estaba verdaderamente molesta con él! Me alarmó sobremanera que trajera ese libro. Y estaba muy preocupada porque, después de todo, se estaba “asociando” con un conocido apóstata, el autor, que había sido miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová durante 9 años.

Por mucho que temiera estar pecando al mirar el libro, la curiosidad se apoderó de mí y solamente leí una pequeña porción del libro en ese momento, el capítulo titulado: “Dobles Estándares». En ese capítulo se comentó el trato horrible de los Testigos en Malawi cuando la Oficina Central de Nueva York les instó a NO comprar una tarjeta de un partido político de $1 USD para mantenerse políticamente neutrales. Recuerdo que yo había seguido estos eventos de cerca en “tiempo real”, en La Atalaya y ¡Despertad! en diversos artículos publicados en los años 60s y 70s. También participé en una campaña de enviar cartas al presidente de Malawi, el Dr. Banda, que fue alentada por la Sociedad Watchtower para protestar por el trato que nuestros hermanos estaban recibiendo en ese país.

Cuando volví a leer la historia de los Testigos en Malawi tal como se presenta en el libro de Raymond Franz, me hizo sentir enferma una vez más al volver a leer la historia de la persecución que nuestros hermanos tuvieron que soportar del gobierno de Malawi: los rayos de los rines de bicicletas fueron usados para apuñalar las piernas de hermanos, madres e hijas fueron violadas en grupo y muchas, muchas casas de Testigos de Jehová fueron incendiadas. Algunos hermanos Testigos fieles fueron incluso asesinados. La mayoría de los testigos de Jehová en Malawi tuvieron que huir a países cercanos y vivieron en campos de refugiados (lo que los artículos de La Atalaya no aclararon es que Malawi solo tenía un sistema de gobierno de un solo partido. La tarjeta del partido político era básicamente una tarjeta de identificación del gobierno).

Pero fue por primera vez en los años 80s que conocí sobre la postura muy diferente que la sede central había adoptado en su comunicación a la sucursal Mexicana en los años 70s sobre el mismo tema de la neutralidad cristiana. Tras las consultas de los hermanos en México a la sede central de la Sociedad, se les dijo que podían “seguir sus conciencias” sobornando a los funcionarios mexicanos para proporcionarles una “prueba” de que los hermanos habían cumplido los requisitos necesarios para obtener una tarjeta de identidad para el servicio militar (La Cartilla de Identidad del Servicio Militar Nacional). Esta tarjeta les permitía obtener trabajos mejor remunerados y pasaportes. Esta historia fue bien documentada por Raymond Franz en su libro. Incluso incluyó fotocopias de las cartas que la Sociedad envió a México.

Mi mundo dio un vuelco en 1986 tan terrible que padecí una depresión leve durante varias semanas. Seguí pensando: “Esto no está bien. Esto no puede ser verdad. Pero las pruebas están ahí. ¡¿Esto significa que debería dejar mi religión?!” En ese momento yo era una madre de mediana edad de un bebé de brazos y un niño de 5 años. Estoy segura de que esa situación me llevó a esconder estos pensamientos al fondo de mi mente y regresar una vez más a mi rutina establecida.

Y pasaron verdaderamente rápido los últimos años. Nuestros hijos crecieron y también sirvieron a Jehová como sus compañeros. Por lo general, lleve sola la adoración familiar. Mi esposo había estado inactivo durante décadas y decidí aprender español a los 59 años y cambiarme a una congregación de habla hispana en nuestra ciudad. Fue estimulante. La gente era paciente con mi nuevo y limitado vocabulario y me encantó la cultura. Progresé mientras aprendía el idioma, y ​​una vez más retomé el trabajo de Precursora.

Sin embargo, en 2014, los testigos de Jehová recibieron el libro morado: “¡El Reino de Dios gobierna!” Desde el primer capítulo, me di cuenta de que no estaba de acuerdo con las conclusiones de los editores sobre los eventos que supuestamente tuvieron lugar en el año 1914. Ciertamente no estaba de acuerdo con el sinsentido de “generación ungida traslapada” como se presenta en la página 12. Ese sentimiento me hizo  cuestionar otras predicciones, 1925, 1975. Oh, sí, yo creía firmemente que el Armagedón llegaría en 1975. Recuerdo que un Siervo de Circuito nos dijo desde la plataforma que solo quedaban 90 meses hasta 1975. Mi madre y yo discutimos a menudo si alguna vez tendríamos que comprar otro automóvil. Otro resbalón. ¡Otra falla! También recuerdo que en 1968 recibimos el libro “La verdad que lleva a la vida eterna”. Se nos indicó que estudiáramos todo el libro en 6 meses con nuestros estudiantes de la Biblia. Si alguno no progresaba en esos 6 meses, debíamos abandonarlo y pasar a la siguiente persona. ¡A menudo fui yo quien no pudo mantener el ritmo!

Como todos sabemos, el malvado sistema de cosas no terminó en 1975. No fue hasta mucho después que fui honesta conmigo misma y me pregunté: ¿se tomaría la Sociedad en serio la descripción de un falso profeta de Deuteronomio 18:20-22? ¿o no?

Cuando miro hacia atrás, veo que mi visión del mundo cambió en 1975. En enero de 1976, dejé de ser Precursora. Mi razón en ese momento era algunos problemas de salud. Además, quería tener hijos antes de ser demasiado vieja. En septiembre de 1979, nuestro primer hijo nació después de 11 años de matrimonio. Yo tenía 34 años y mi esposo tenía 42.

Volviendo a 2014 (100 años después de 1914 y la “generación que nunca pasará”), nuestra hija había estado haciendo su propia investigación profunda de la Biblia y frecuentemente entraba a la casa cargando con una serie de preguntas propias. Por lo general, tuve una respuesta bien ensayada de la Sociedad que la mantuvo a raya … por un tiempo.

A continuación, el año 2015, regresaba a casa de una reunión de media semana por la noche y me sorprendió ver a mi esposo viendo al Hno. Geoffrey Jackson en la T.V. La Real Comisión Australiana (RCA) estaba investigando el manejo/mal manejo por parte de varias instituciones religiosas de los casos de abuso sexual infantil dentro de sus filas. La RCA había citado al Hno. Geoffrey Jackson para que testificara en nombre de la Sociedad Watchtower. Me senté y escuché. Inicialmente me impresionó la compostura del Hno. Jackson. Pero cuando el abogado Angus Stewart le preguntó si el Cuerpo Gobernante de la Watchtower era el único canal que Dios estaba usando en nuestros días para dirigir a la humanidad, el Hno. Jackson se puso muy nervioso. Después de intentar esquivar un poco la pregunta, finalmente dijo: “Creo que sería presuntuoso de mi parte decir eso”. ¡Estaba aturdido! ¡¿Presuntuoso?! ¿Éramos la única religión verdadera o no?

Aprendí de esa investigación de la Comisión que solo entre los Testigos de Jehová había 1006 casos de perpetradores de abuso sexual infantil en Australia. Pero de esos NINGUNO había sido reportado a las autoridades. Y que la gran mayoría de los perpetradores que fueron acusados hacia dentro de las congregaciones ​​ni siquiera fueron disciplinados por los ancianos. Eso significaba que otros Testigos y niños inocentes estaban en grave riesgo.

¡Algo más que me pareció increíble y que además llamó mi atención fue un artículo en línea de un periódico de Londres llamado “The Guardian” sobre la afiliación de la Watchtower con las Naciones Unidas durante 10 años como miembro de una ONG! (Organización no gubernamental) ¿Qué le pasó a nuestra postura inflexible de permanecer políticamente neutrales?

Fue en 2017 que finalmente me di el permiso de leer “Crisis de conciencia” de Raymond Franz, ahora sí, todo el libro y también el libro del mismo autor, “En busca de la libertad cristiana”. Me di cuenta que este querido hombre perseguido no era “apóstata”. Amaba a Jehová, su Hijo y la verdad, tal y como se encuentra en la Biblia.

Hay tanto que puede decirse sobre otras enseñanzas de la Watchtower, como el “súper generación ungida traslapada”, o la confusión que todavía siento por estar dispuesta a rechazar una transfusión de sangre a toda costa…incluso la vida de una misma…pero ¿las “fracciones de sangre” están bien? Me enoja que los Salones del Reino se estén vendiendo bajo los pies de varias congregaciones y los informes de cuentas de la Asamblea del Circuito no son transparentes en cuanto a dónde van los fondos, ¿me equivoco? ¡Cuesta $ 10,000 USD o más para cubrir los gastos de una asamblea de 1 día en un edificio que ya está pagado!

Ya no puedo aceptar la enseñanza de la Watchtower de que Jesucristo es el mediador solo para los 144,000 mencionados en Apocalipsis 14:1,3. Sobre la base de esta enseñanza, la Sociedad argumenta que solo los 144,00 deberían participar de los emblemas durante la celebración de la Cena del Señor. Pero esta enseñanza va directamente en contra de las palabras de Jesús en Juan 6:53 donde dice: “Te digo la verdad, a menos que comas la carne del Hijo del Hombre y bebas su sangre, no tienes vida en ti”. Fue esta comprensión y la aceptación de las palabras de Jesús al pie de la letra lo que me hizo desistir en la primavera de 2019 de participar en la campaña especial anual para invitar a las personas al Memorial. Pensé, ¿por qué querríamos invitarlos a venir y luego desalentarlos de aceptar la invitación de Jesús? No pude hacerlo más. Ese fue el final de mi servicio personal de predicación de casa en casa.

Una de las directrices más tristes del Cuerpo Gobernante es el conjunto de reglas que forma parte del sistema judicial de la congregación. En la organización de los testigos de Jehová es común ordenar a tres o más ancianos que se sienten a juzgar a un miembro de la congregación que supuestamente falló con respecto a una lista de pecados aunque probablemente ya haya confesado a algún anciano. Los ancianos hacen esto en una habitación privada y si no llegan a la conclusión de que el “pecador” (¿no lo somos todos?) está arrepentido, son dirigidos (por un libro muy privado y bien guardado que solo reciben los ancianos) para ser expulsado de la congregación. Esto se llama ‘expulsión’ y luego se hace un anuncio muy escueto a la congregación en el que se informa que “fulano de tal ya no es un testigo de Jehová”. La especulación y los chismes salvajes empiezan y crecen comprensiblemente a medida que la congregación en general no comprende nada sobre el anuncio, excepto que ya no deben tener ningún contacto con la persona que se informa en el anuncio. El pecador debe ser retirado y alejado.

Esto se le está haciendo actualmente a mi hija. Me encantaría preguntarle a los amigos de la congregación si tienen alguna idea de lo que fue acusada y si se preguntan o entienden cómo los cuatro ancianos que se ocuparon de su «caso» realmente procedieron con ella. Fue más que extraño. Se puede escuchar toda la reunión de su “Reunión (no) judicial con 4 ancianos testigos de Jehová” en su sitio de YouTube titulado “El dedo gordo del pie de Ali” (Teoría de todo) en e siguiente enlace:

https://www.youtube.com/channel/UCLGdHcFInZ7U56wtuxeK8Pw

Ella grabó el audio de donde se destacan los siguientes puntos: Ella les pidió a los ancianos que abrieran con oración. Se negaron, diciendo que no era una reunión judicial. Terminaron diciendo que no estaba expulsada. (Aparentemente para que ella no pudiera apelar). Sin embargo, tuvieron la audacia de leer el anuncio anterior a la congregación a fin de aislarla efectivamente de cualquiera que quisiera acercarse a ella para comprender lo que estaba sucediendo.

¿Encontramos este sistema de disciplina en algún lugar de las Escrituras? Uno tiene que decidir por sí mismo. ¿Es así como Jesús trató a las ovejas? ¿Alguna vez Jesús evitó el contacto o hablar a alguien?

Personalmente he concluido que hay una gran brecha de credibilidad entre las cosas que el Cuerpo Gobernante presenta públicamente y lo que dice la Biblia. Para ilustrar aún más: en 2012, en la reunión anual, se anunció que el “esclavo fiel y discreto” ya no debía entenderse como el remanente completo de los cristianos ungidos que todavía estuvieran en la tierra. Entonces, siete hombres (ahora ocho) se auto-proclamaron a sí mismos como el «Cuerpo Gobernante». Una vez que esa «nueva luz» se imprimió en La Atalaya en 2013 y se presentó como el nuevo estándar de oro, por así decirlo, y no se hicieron preguntas y si alguien cuestiona es expulsado por supuesta apostasía. ¿Incluso les importa a los testigos de Jehová que la expresión “Cuerpo Gobernante” ni siquiera aparece en la Biblia? A los testigos de Jehová les gusta usar el argumento de que, dado que las palabras “trinidad” y “purgatorio” no aparecen en la Biblia, esas enseñanzas no son bíblicas. ¿Importa que la muy usada frase “esclavo fiel y discreto” aparezca solo una vez en la Biblia? Y que aparece como la primera de las cuatro parábolas que Jesús da en el capítulo 24 de Mateo. ¿Importa que alguien tomo un solo texto bíblico y de que haya surgido la explicación egoísta de que un pequeño grupo de hombres se digan que son instrumentos escogidos por Dios y que esperan obediencia y lealtad del rebaño mundial?

Todos los problemas anteriores no son asuntos pequeños. Estos son asuntos sobre los cuales una sede corporativa toma decisiones, imprime esos edictos en su literatura y espera que los miembros los sigan al pie de la letra. Son millones de personas, cuyas vidas se ven profundamente afectadas de muchas maneras negativas porque piensan que están haciendo lo que Dios quiere que ellas hagan.

Estos son algunas de las situaciones que me han obligado a cuestionar muchas de las enseñanzas y las políticas que durante décadas acepté y enseñé a otras personas como “la verdad”. Por lo tanto, después de una investigación y un profundo estudio bíblico y oración, decidí alejarme de la organización que había amado y en la que serví con entusiasmo y gran amor a Dios durante 61 años. ¿Dónde me encuentro hoy?

Mi nuevo ministerio

 La vida ciertamente da giros bastante extraños. Donde estoy ahora siempre he estado aprendiendo y por lo tanto, estoy más cerca de mi Señor Jesucristo, mi Padre y las Escrituras que nunca en mi vida, y vaya que las Escrituras me han abierto la mente a un conocimiento  sorprendente y maravilloso.

Como estaba muy bien entrenada como Testigo para compartir verdades bíblicas con cualquier persona con la que me encontraba, valientemente estoy saliendo de las sombras de mi miedo a ser “expulsada” de una organización que, en efecto, está ocupando el lugar de sus propias conciencias en los feligreses. Peor aún, que 8 hombres están sustituyendo la jefatura de Cristo Jesús. Estoy saliendo a la luz pública para tratar de consolar y alentar a otras personas que sufren por retener sus dudas. Le recuerdo a la gente que JESÚS es el camino, la verdad y la vida. No es una organización.

Los pensamientos de mi antigua vida todavía están conmigo. Todavía reviso el reloj y pienso: “Ah, la reunión en Español está comenzando ahora”, o, “aquí es cuando me apresuraría a reunirme con el grupo para el servicio de campo”. ¡Como el momento en que estaba saliendo de casa y me topé con mi esposo que se inclinaba para recoger un periódico! (No tenía idea de que incluso había salido de casa). Lo ví y aunque se veía bastante mal, pudo ponerse de pie. Seguí preguntándole sobre cómo se sentía. Y él seguía diciendo: “anda, vete”. Y entonces lo dejé cojeando afuérala de casa porque yo había aceptado ayudar a una familia de tres para salir al servicio de campo. Patético, ¿verdad?

A veces me siento perdida sobre cómo llenar mi tiempo. Soy una persona muy “apegada al libro». Así que el horario de las reuniones, la preparación para las reuniones, el servicio de campo, las asambleas de circuito y regionales no fue especialmente difícil para mí en el pasado.

Extraño a mis amigos en la organización. Algunos me contactaron brevemente con un texto como “te extrañamos en la reunión”, o, “te extrañamos en la reunión para el servicio de campo”. Tenían buenas intenciones. Estaban siendo amables. Pero deben haber estado extremadamente nerviosos o asustados para no preguntarme: “¿POR QUÉ te vas?” Estuve en medio de ellos durante décadas. Seguramente deben haberse preguntado que podría haberme hecho retirarme. Pero supongo que no querían escuchar nada que les hiciera pensar en su propia obediencia incuestionable al “esclavo” y a la “Organización”.

No los culpo. Solo recientemente las palabras de Hechos 3:14-17 realmente me sorprendieron por la importancia de las palabras de Pedro a los judíos. En el versículo 15, Pedro dijo sin rodeos: “Mataron al agente principal de la vida”. Pero luego, en el versículo 17, continuó: “Y ahora, hermanos, sé que actuaron en la ignorancia, tal como lo hicieron también sus gobernantes”. ¡Vaya! ¡Qué amable fue eso! Pedro tenía verdadera empatía por sus compañeros judíos.

Yo también actué en la ignorancia. Hace más de 40 años rechacé a una hermana que realmente amaba en la congregación. Ella era inteligente, divertida y una defensora muy capaz de la Biblia. Luego, de repente, ella empacó TODA su literatura de la Watchtower y la dejó atrás. Incluyendo su Traducción del Nuevo Mundo. Creo que parte de la razón por el que se retiró fue porque estaba muy molesta por el trato cruel que una joven pareja casada con quien había estudiado recibió de los ancianos. Pero no estoy seguro, ya que nunca le pregunté cuando se fue. Estaba demasiado molesta y enojada porque ella se iba. Me visitó brevemente para despedirse y argumentó que seguía siendo la misma persona. Recuerdo haberle dicho: “No, no lo eres. No eres leal a Jehová”.

Hace veinte años, rechacé a otra amiga. Ella era una de las otras tres «Hijas de Jefté» con las que vivía y con las que fui Precursora varios años atrás. Ella pasó a ser Precursora Especial durante 5 años en Iowa y tuvimos una correspondencia animada y divertida durante años. Entonces supe que ya no asistía a las reuniones. Ella escribió para contarme algunos de sus problemas con las enseñanzas de la Watchtower, los leí pero los descarté inmediatamente sin pensarlo demasiado y corté mi correspondencia con ella, en otras palabras, la rechacé.

Cuando estaba yo despertando a tantos pensamientos nuevos, busqué su carta de explicación para mí. Al encontrarla, estaba decidida a disculparme con ella. Con cierto esfuerzo de investigación, obtuve su número de teléfono y la llamé. Ella aceptó mis disculpas con facilidad y gracia. Desde entonces, hemos tenido interminables horas de profundas conversaciones bíblicas y risas por grandes recuerdos de nuestros años juntos. Este último año incluso viajamos juntas a México. Por cierto, ninguno de estas dos amigas fue expulsada de la congregación ni disciplinada de ninguna manera. Pero me encargué de cortarlas, ¡que error! Peor aún, y lo más doloroso de todo, rechacé a mi propia hija hace 17 años. El día de su boda fue uno de los más tristes de mi vida. Porque no podría estar con ella. El dolor y la disonancia cognitiva que conlleva la aceptación de esa política aberrante de la Organización me persiguieron durante mucho tiempo.

Algo que me da mucha alegría son los dos grupos semanales de estudio bíblico en línea con asistentes de Canadá, Reino Unido, Australia, Italia y varios estados de los EE. UU. En uno estamos leyendo Hechos versículo por versículo. En el otro, Romanos, versículo por versículo. Comparamos traducciones y comentarios de la Biblia. No estamos de acuerdo en todo y no hay nadie que diga que debemos hacerlo (En Español los hermanos y hermanas de diferentes países de América Latina y los EE. UU. están analizando la Carta de Santiago con el mismo formato). También aprendí mucho de un sitio de YouTube llamado Beroean Pickets (Los Bereanos). La manera en que analizan lo que enseñan los testigos de Jehová en comparación con lo que dice la Biblia es sobresaliente.

https://www.youtube.com/channel/UCUcl5ZGWOixROZGmEHKd6jA

Finalmente, estoy felizmente pasando mucho más tiempo con mi esposo, quién llegó a muchas de las conclusiones que yo he llegado 40 años antes que de mí. Él ha estado inactivo durante esos mismos 40 años, pero no compartió mucho conmigo en ese momento sobre sus hallazgos probablemente por respeto a mí y por estar continua y celosa en mi asociación con la organización o tal vez porque le dije hace muchos años, mientras tenía lágrimas corriendo por mis mejillas, que no creía que él pudiera superar el Armagedón. Ahora es una alegría “elegir sus pensamientos” y tener nuestras propias conversaciones bíblicas profundas. Creo que es debido a sus cualidades cristianas más que a las mías que nos hemos mantenido casados ​​durante 51 años.

 

Verdadera y sinceramente oro por mi familia y mis amigos que todavía están dedicados al «esclavo» para que hagan su propia investigación y saquen sus propias conclusiones. LA VERDAD PUEDE RESISTIR EL ESCRUTINIO. Lleva tiempo, lo sé. También me doy cuenta de que gran parte de su tiempo lo ocupan por las actividades de los Testigos. Sin embargo, yo misma debo prestar atención a la advertencia que se encuentra en los Salmos 146:3: “No confíes en los príncipes ni en un hijo de hombre, que no puede traer la salvación” (TNM).

Sheryl Bogolin

email: SBogolin@hotmail.com