Antecedentes de la práctica de la Doctrina de Expulsión.

La infamia en el caso de Olin R. Moyle. 

Introducción.

Hemos establecido en la parte 1 de la serie la definición, desarrollo e implementación de la Doctrina de Expulsión tal y como la definen y practican los testigos de Jehová tanto en su parte de procedimiento documental como tradición oral. Si bien establecimos que formalmente dicha doctrina fue establecida en 1952 bajo la Administración de Nathan Homer Knorr como Presidente de la Sociedad Watchtower, parece ser que dicha doctrina se venía preparando desde la Administración de «El Juez» Joseph Franklin Rutherford.

En las entrevistas de Meleti Vivlon con el Doctor en Historia James Penton (https://losbereanos.com/2020/01/06/james-penton-examina-la-hipocresia-y-la-autocracia-de-la-presidencia-de-rutherford/) quedó establecido que la Administración de «El Juez» se caracterizó por ser egocéntrica y dictatorial además de tratar de forma humillante a sus colaboradores con uso de lenguaje vulgar y grosero así como sus serios problemas de consumo de alcohol.

El testigo de Jehová y Abogado Litigante Olin R. Moyle es solamente una de las muchas víctimas de los excesos de poder de «El Juez» Rutherford. Su forma de manejar la situación es sin duda un ejemplo a seguir por aquéllos que tratamos de mantenernos firmes a la verdad y es también, al parecer, la primera víctima de los infames «Comités Judiciales», aunque la Doctrina de Expulsión todavía no era implementada Per Se como la conocemos actualmente, pero la Sociedad Watchtower ya estaba dando señales de ser una Organización intolerante, controladora y represiva.

El caso Olin R. Moyle

Olin R. Moyle era un testigo de Jehová y Abogado Litigante que fue invitado en el año de 1935 por el entonces Presidente de la Sociedad Watchtower «El Juez» J.F. Rutherford para servir como Asesor Legal de la Corporación en diversos litigios en los que se encontraban involucrados los Derechos Constitucionales de los testigos de Jehová con respecto a la Libertad de Expresión, Libertad de Creencia y Predicación de Puerta en Puerta en las Cortes Judiciales de los Estados Unidos de América. Por tal motivo, Olin R. Moyle y su señora esposa se trasladan a vivir a las instalaciones de las Oficinas Corporativas de la Sociedad Watchtower en Brooklyn, N.Y,, también conocidas como Betel, el cual era llamado «el paraíso espiritual de Dios en la tierra».

Al estar instalados Los Moyle en Betel, se dan cuenta que las cosas no son tan «espirituales» como se decía además de que tanto la conducta del Presidente, Oficiales y Betelitas de alto rango no son tan «cristianas» como deberían de ser. También, desesperado por los abusos y excesos de «El Juez», Olin R. Moyle decide presentar su renuncia a la «Familia» de Betel el 21 de Julio de 1939 en los siguientes términos:

Juez J. F. Rutherford, Brooklyn, N. Y.

21 de Julio de 1939

Estimado Hermano Rutherford:

Esta carta es para notificarle nuestras intenciones de dejar a Betel el próximo 1º de septiembre. Estas razones para marcharnos que se declaran aquí le pedimos que usted les dé una cuidadosa y reflexiva consideración.

Las condiciones en Betel son una cuestión de preocupación para todo el pueblo del Señor. En ninguna parte entre hombres imperfectos podría haber perfecta libertad de opresión, discriminación y un trato injusto, no obstante, en las oficinas de la sede principal del Señor, sobre la tierra, las condiciones deben ser tal que las injusticias se reduzcan al mínimo. No obstante, ése no es el caso aquí en Betel y una protesta debe hacerse contra esto. Yo estoy en buena posición de hacer tal protesta porque su trato hacia mí ha sido generalmente amable, considerado y justo. Puedo hacer esta protesta en interés de la familia en Betel y a la obra del Reino sin interpolar ningún interés personal que entrase en la materia.

Trato de la Familia de Betel

Poco después que llegamos a Betel quedamos estupefactos al ver el espectáculo contra nuestros hermanos, al recibir lo que se designó por su parte como un “cepillado”. El primero, si mí memoria es correcta, fue un ataque verbal que usted le dio a C. J. Woodworth. Woodworth, por una carta personal dirigida a usted donde le declaró algo al efecto de que se estaría sirviendo al diablo si se continuara usando nuestro calendario del día presente. Por eso él fue humillado, se le llamó burro, y se le dio una censura pública. A otros se les ha tratado de forma similar. McCaughey, McCormick, Knorr, Prosser, Price, Van Sipma, Ness y a otros igualmente se les ha regañado. A Ellos se les han llamado la atención públicamente, condenado, y reprendido sin darles ningún consejo de antemano. Este verano se han dado los regaños públicos más injustos que se haya visto. J. Y. McCauley hizo una pregunta que lo llevó a él a criticar el método presente de estudios por la Watchtower. Por eso a él se le dio una reprimenda severa. La acción de usted constituyó una violación de los principios por el cual nosotros hemos estado luchando, es decir, la libertad de expresión. Esto fue la acción de un jefe déspota y no de un compañero siervo. El poder afianzar un modo eficaz de estudio con líderes que son imperfectos no es ninguna tarea fácil, y todavía no hay ningún método que exista cual haya demostrado ser cien por ciento perfecto. Usted declaró que ninguna queja le había llegado sobre este método de estudio. Si ése es el caso a usted no se le han presentado todos los hechos. Hay quejas en varios lugares de que los estudios de la Watchtower se han rebajado a lecciones de lecturas y nada más. Puede ser que el método presente sea el mejor que ahora pueda usarse, pero en vista de las limitaciones conocidas, las críticas honestas no deben censurarse, ni castigarse a los críticos honestos.

El hermano Worsley recibió una reprimenda pública de parte de usted, porque él preparó y les entregó a los hermanos una lista de citas de las Escrituras las que eran útiles para temas fundamentales. ¿Cómo entonces nosotros podemos de forma consistente condenar a los religiosos que son intolerantes cuándo usted mismo ejerce una intolerancia contra aquellos que trabajan con usted? ¿Esto no demuestra que la única libertad permitida en Betel es la libertad de hacer y decir solo lo que usted desee que sea dicho y hecho? El Señor ciertamente nunca le autorizó a usted que ejerciera tal autoridad arbitraria sobre sus compañeros siervos.

Desde el encuentro en el Madison Square Garden ha habido una angustiosa condición de reserva y sospecha dentro de Betel. Los guardianes fueron ubicados en una posición difícil pero hicieron un excelente trabajo. Ellos ejercieron cuidado y diligencia observando las entradas en el Madison Square Garden, e impidieron a varios sujetos sospechosos de entrar. Ellos estuvieron inmediatamente en su trabajo cuando la revuelta empezó, y se contuvo la revuelta que surgió, la que por otra parte hubiese alcanzado proporciones serias. Pese a eso durante las dos semanas que siguieron la convención han habido críticas constantes y condenación contra ellos de parte de usted. A ellos se les han acusado de abandonar su deber y se les han etiquetado como “mujercitas”. Ver algunos de estos jóvenes perder la compostura gimiendo y sollozando debido a sus comentarios, por decir lo mínimo, es indignante.

Discriminación

Nosotros le publicamos al mundo que a todos en la organización del Señor se tratan igualmente, y se les trata con igualdad en cuanto a los beneficios de éste mundo se refiere. Usted sabe que ése no es el caso. Los hechos no pueden negarse. Tome por ejemplo la diferencia que existe entre los alojamientos amueblados para usted y sus sirvientes personales, y compárelos con aquellos que se les dan algunos de sus hermanos. Usted tiene muchas, muchas residencias, es decir, en Betel, en Staten Island, en California, etc. Estoy informado que incluso en la Granja del Reino tiene una residencia que se le guarda para el solo uso de usted durante los períodos cortos que usted visita allí. ¿Y qué tienen los hermanos que trabajan en la granja? Alcobas pequeñas, sin calefacción pasando fríos amargos en el tiempo de invierno. Ellos prefieren vivir en sus camiones que parecen acampadores. Eso pudiese estar bien sí eso fuese necesario, pero hay muchas residencias en ese lugar de la granja que no se están utilizando o se usan para otros propósitos, las que podrían utilizarse para darles un poco de alivio a aquellos que trabajan por tanto tiempo y tan duro.

Usted trabaja en un cuarto con un buen aire condicionado. Usted y sus sirvientes pasan las semanas en los campos rodeados de un ambiente silencioso. Pero los jóvenes en la fábrica quienes diligentemente trabajan los meses de verano calurosos lo hacen sin tal beneficio, ni se hace esfuerzo alguno para ayudarlos. Eso es una discriminación que debe recibir su consideración reflexiva.

Matrimonios

Aquí de nuevo se muestra un trato desigual y discriminatorio. Un hermano dejó a Betel hace algún tiempo con el propósito de casarse, y, así estoy informado, se le negó el privilegio de ser precursor en Nueva York, al parecer debido a una desaprobación oficial por su acción de dejar a Betel. Por otro lado cuando Bonnie Boyd se casó, ella no tuvo que salir de Betel. Le permitieron traer a su marido a Betel a pesar de la regla escrita cual indica que ambas partes que se casan deben de haber vivido antes allí durante cinco años.

El trato áspero de uno y el trato favorecido hacia otro es discriminación, y no debe tener lugar en la organización del Señor.

Lenguaje Sucio y Vulgar

Los mandatos bíblicos contra el hablar sucio, indecente y mofarse nunca han sido aprobados. Es impactante y nauseabundo escuchar hablar vulgarmente y obscenidades en Betel. Una hermana declaró que esto fue una de las cosas a las cuales ella tuvo que acostumbrarse en Betel. La risa más escandalosa en la mesa viene cuando se hace un chiste sucio o de doble sentido, y uno no lo entiende.

Licor

Bajo su tutela ha crecido una glorificación al alcohol y una condenación a la abstinencia total lo cual es indecoroso. Si un siervo de Jehová consume bebidas alcohólicas no es asunto mío, excepto si tengo que ayudar a un hermano que haya tropezado con eso. Si yo me abstengo de beber es asunto mío. Pero no es así en Betel. Allí parece que hay una política definida de forzar a los recién llegados a que utilicen licor, y se muestra un resentimiento contra aquellos que no se les unen. Se hace la demanda que: “Uno no puede ser un Betelita real si no bebe cerveza”. Poco después que llegamos, arrogantemente se declaró: “nosotros no podemos hacer mucho con Moyle, pero haremos un hombre de Peter “. Un hermano de Nueva York indicó que yo estaba fuera de armonía con la verdad y con la Sociedad porque yo no bebía licor. Una hermana de Nueva York declaró que ella nunca había usado ni había servido licor hasta que algunos de los muchachos de Betel le insistieron que lo hiciese. Un hermano que antes bebía licor en exceso se volvió un abstemio total después de encontrarse con la verdad. Él sabía que una sola bebida de licor lo iniciaría nuevamente en sus hábitos del pasados en el alcoholismo, no obstante a pesar de ese pasado los hermanos de Betel insistieron en que bebiese licor e infirieron que él estaba fuera de armonía con la organización por rehusarse. Los abstemios totales se les ve con desdén y como personas débiles. Usted ha etiquetado a los abstemios totales públicamente como gazmoño y por consiguiente debe asumir su porción de la responsabilidad por la actitud exhibida tipo Baco por los miembros de la familia.

Éstas son algunas de las cosas que no deben tener ningún lugar en la organización del Señor. Hay otras injusticias más dolorosas pero todavía no he tenido ningún contacto personal con ellas y por consiguiente no las discutiré.

No ha sido una tarea fácil o agradable escribirle estas cosas a usted, y todavía es más difícil hacer esta protesta eficaz dejando a Betel.

Vendimos nuestra casa y negocio cuando nos vinimos a Betel y teníamos toda la intención de quedarnos por el resto de nuestras vidas en este lugar al servicio del Señor. Pero nos vamos para así registrar enfáticamente nuestro desacuerdo con las condiciones injustas mencionadas en esta carta. No estamos dejando el servicio del Señor sino que continuaremos sirviéndole a Él y a Su organización lo más que nuestras fuerzas y medios nos permitan.

Tampoco me estoy huyendo de batallar con las muchedumbres del Diablo en las cortes. Espero volver a la práctica privada de la ley, probablemente en Milwaukee, Wisconsin, y espero estar en la lucha en todos los sentidos posibles. Con esta carta le estoy adjuntando unas declaraciones de los casos principales que quedan ahora pendiente en los que estoy participando activamente. Sería irrazonable e injusto dejarle caer estos casos en su regazo sin darle mas ayuda adicional o consideración. Estoy listo y dispuesto a continuar luchando estos casos en las cortes tan vigorosamente y cuidadosamente como si yo todavía estuviese en Betel, y así lo haré si así usted lo desea.

Hemos considerado esta acción durante algún tiempo, pero esta carta se le entrega a usted ya que nos vamos en un viaje de vacaciones y por razones muy específicas. Primero: Es deseable que usted se tome el tiempo para que reflexione y le dé consideración a las materias que están indicadas aquí antes de tomar alguna acción. Las acciones que se consideran apresuradamente con ira podrían posteriormente lamentarse. Segundo: Francamente no tengo el deseo de entrar en un argumento verbal con usted sobre estos asuntos. Yo he tenido ocasiones suficientes para observar que una materia polémica no se recibe con calma ni se tiene una razonable discusión sobre los hechos. Muy frecuentemente se convierte en una acusación de alguna persona por parte de usted.

Yo no estoy interesado en ese tipo de batalla verbal. Estas declaraciones son las razones presentadas por la hermana Moyle y por mí para dejar a Betel. Si hemos hablado errónea o injustamente entonces seremos responsables ante el Señor por hablar así. Pero si hemos hablado la verdad, de todo lo que nosotros resueltamente contendemos aquí, lo cual es la verdad, entonces hay una responsabilidad inmediata de su parte para remediar las condiciones por lo cual se hace necesario esta protesta. Que el Señor le dirija y le guíe para que pueda tratar justa y amablemente a sus compañeros los siervos, es mi deseo y oración.

Su Hermano al Servicio del Rey,

Olin R. Moyle.

¿Qué efectos tuvo la Carta del Hermano Olin R. Moyle? El Doctor en Historia y colaborador de Los Bereanos y Beroean Pickets, el hermano James Penton, nos dice en su libro «Apocalipsis Retrasado» lo siguiente:

El asunto Olin Moyle indicó hasta qué grado la Sociedad y sus directores habían llegado a ser profundamente autoritarios. Olin Moyle había llegado con su esposa e hijo a la Betel de Brooklyn desde su hogar en el sur de Wisconsin en 1935, para actuar como consejero legal de la Sociedad Watch Tower y defender los muchos casos de libertad de adoración a los que los testigos tuvieron que enfrentarse durante los siguientes cuatro años. Moyle probó ser un testigo fiel y dedicado que aparentemente no tenía ninguna diferencia doctrinal seria con el Juez Rutherford. No obstante, cuando pasó el tiempo llegó a ser crítico con la conducta personal del Juez y con lo que se refirió como conducta impropia de algunos miembros de la familia Betel. Como resultado, el 21 de Julio de 1939, presentó una carta abierta de renuncia a Rutherford como protesta de lo que él consideraba bajas condiciones morales en las oficinas centrales de la Watchtower. Acusó al Juez de trato rudo a los miembros, explosiones de cólera, discriminación y lenguaje vulgar.

Aunque Moyle era abstemio, no se le puede acusar de haber sido demasiado crítico con los hábitos de beber de sus compañeros en Betel, y fue bastante exacto en sus aseveraciones de falta de justicia del juez, acciones coléricas y sus diatribas en la mesa del desayuno. Además, solo deseaba corregir lo que para él eran serios ejemplos de conducta no cristiana y afirmaba que Rutherford tenía la responsabilidad directa de remediar las condiciones que causaron su renuncia y protesta. Pero Rutherford, que en ocasiones tenía dificultad en diferenciar su propia posición de la de Jehová o Jesucristo, se refirió a la carta de Moyle como si de alguna clase de apostasía se tratara. El siguiente relato tomado de La Atalaya del 15 de octubre de 1939 (pág. 316-17) indica su actitud y la del resto de directores:

INFORMACIÓN

«Que se recuerde que este es el tiempo en que Dios está removiendo de su organización todo lo que es sacudido, ‘las cosas que no pueden ser sacudidas pueden permanecer’ (Hebreos 12:26, 27), los miembros del cuerpo de directores de la WATCHTOWER BIBLE AND TRACT SOCIETY, para la información y protección de los que son fieles a la organización de Dios, piden que La Atalaya publique lo siguiente:

El 21 de Julio de 1939, se dejó en la mesa del vestíbulo del Hogar Betel una hoja de papel escrita en forma de carta firmada por O. R. Moyle y dirigida al presidente de la Sociedad. Debido a que la carta afecta a la entera familia de Betel, ha sido apropiado traerla ante el Cuerpo de Directores y ante la familia. La carta, que está llena de falsedades, calumnias y difamaciones, fue vigorosamente condenada por el cuerpo de directores y por todos los miembros de la familia Betel. El cuerpo de directores adoptó unánimemente la siguiente resolución, que también fue aprobada por la familia:

En reunión del Cuerpo de Directores de la Corporación de Pennsylvania y de la Corporación de Nueva York de la Bible and Tract Society, y que tiene lugar en las oficinas de la Sociedad en Brooklyn, N.Y., en fecha de hoy 8 de Agosto de 1939, estando presentes otros miembros de la familia, se leyó al mencionado cuerpo de directores y en presencia de O. R. Moyle, una carta fechada el 21 de Julio de 1939, escrita por el mencionado Moyle y dirigida al presidente de la Sociedad.

‘Por los pasados cuatro años, al escritor de esa carta se le habían confiado asuntos confidenciales de la Sociedad. Ahora según parece, el escritor de esa carta, sin ninguna razón, difama a la familia de Dios en Betel, se identifica como uno que habla maldad contra la Organización de Dios y como un murmurador y un quejumbroso, como las Escrituras han predicho (Judas 4-16; 1ª Cor. 4-3; Rom. 14:4).

Los miembros del Cuerpo de Directores aquí presentes, ofendidos por semejante crítica injusta, desaprueban al escritor y sus acciones, y recomiendan que el presidente de la Sociedad termine inmediatamente la relación de O. R. Moyle con la Sociedad como consejero legal y como miembro de la familia Betel.’

Aparte del párrafo de introducción en el que el escritor anuncia su propósito de dejar Betel en una fecha determinada, cada párrafo de esa carta es falso, lleno de mentiras, y difama y calumnia no solo al presidente sino a la entera familia. Por esa razón la carta no ha sido publicada por la Sociedad. Él pidió que la carta se publicara en la revista Consolación pero como se le negó, ahora hace circular esa carta injuriosa entre varias congregaciones de consagrados haciendo que se lea públicamente, y con ‘habla melosa’ pretende dar a entender que está en plena armonía con la Sociedad, y así engañar a los que no sospechan nada. Su único posible propósito al dar a conocer eso es justificarse a sí mismo y ‘causar división entre los hermanos’, ambas cosas condenadas en la Palabra de Dios (Luc. 16:15; Rom. 16:17,18). Es por eso que se debe avisar a los hermanos. Puesto que la «susodicha carta» está llena de mentiras contra los hermanos, esto es odiado por Jehová igualmente: ‘Séis cosas odia el Señor; sí siete son una abominación para él… un testigo falso que habla mentiras y el que siembra discordia entre los hermanos’ (Prov. 6:16-19).

Hace a otros partícipes por inducirlos a que se le unan también en la circulación y publicación de su carta calumniosa entre los consagrados. Como esa carta calumniosa está en oposición de los intereses del gobierno teocrático, solo agrada al diablo y a sus agentes terrestres.

Durante cuatro años, a Moyle se le confió asuntos confidenciales de la Sociedad y entonces, sin razón, ataca y trata injustamente a los que confiaron en él. Cristo Jesús confió a Judas asuntos confidenciales pero mostró ser infiel por medio de proveer al enemigo aquello que podía usar y que de hecho usó contra el Señor. Quien calumnia a los hermanos del Señor, calumnia al Señor mismo y las Escrituras dejan bien claro cual será su fin. Puesto que ya se ha avisado, que cada cual escoja unirse al ‘esclavo malo’ y asumir las consecuencias (Mat. 24:48-51) o permanecer fieles a Jesús y a su gobierno. Escojan a quien servir.

(Rúbricas): Fred W. Franz, N.H. Knorr, Grant Suiter, T.J. Sullivan, W.P. Heath, W.H. Reimer, W.E. Van Amburgh, M. Goux, C.A. Wise, C.J. Woodworth. Aprobado para su publicación J.F. Rutherford, Presidente.»

(Comentario del redactor: En una absoluta, total y absurda demostración de poder, el Consejo Directivo de la Sociedad Watchtower utilizó la revista La Atalaya para difamar a Moyle, cuando la misión principal de dicha revista es: «Esta revista, La Atalaya, honra a Jehová Dios, el Soberano del universo. Consuela a la gente anunciando que el Reino celestial de Dios pronto pondrá fin a la maldad y transformara la Tierra en un paraíso. Se promueve la fe en Jesucristo, quien murió para que nosotros pudiéramos tener vida eterna, y que ahora está gobernando como Rey del Reino de Dios. Esta revista se ha publicado continuamente desde 1879 y es apolítica. Se adhiere a la Biblia como su autoridad». ¿Qué tiene que ver un «problema de relaciones internas» con la misión de la revista?).

Moyle demandó a Rutherford y al cuerpo de directores de las sociedades de Pennsylvania y Nueva York por difamación. Después de mucho litigar, pudo obtener 15.000 dólares más los costos procesales dos años después de la muerte del juez. Pero ni Rutherford ni los directores se mostraron proclives a hacer la paz con alguien a quien ellos consideraban un ‘Judas’ y un ‘esclavo malo.’ Parece que estuvieron dispuestos a aceptar la notoriedad y mala reputación que obtuvieron con el asunto, con tal de mantener el importante principio de autoridad incuestionable y hacer lo que ellos quisieran.

En Wisconsin, el estado de Moyle, los testigos en las congregaciones se dividieron en cuanto al asunto y algunas personas dejaron el movimiento. La mayoría apoyó a Rutherford y a la sociedad y mostró abierta contienda con Moyle. La congregación Jefferson de testigos de Jehová escribió: ‘Estamos completamente de acuerdo con la Palabra de Jehová la Biblia, la cual se nos está revelando ahora a través de su canal terrestre, la Watchtower’ (La Atalaya 1940, p. 207). La congregación Waupon dijo: ‘Rehusamos absolutamente el considerar cartas calumniosas que la clase del «esclavo malo» ha hecho circular entre los hermanos y que buscan autojustificación y apoyo’. Y más ilustrativa de la actitud general de los testigos fue una carta de Granville y Grace Fiske, que firmaban ellos mismos como: sus hermanos y compañeros langostas. Este comentario está relacionado con la interpretación alegórica de La Atalaya del registro del libro de Joel que describe una plaga de langostas sobre la nación de Israel. Según La Atalaya, los testigos de Jehová están plagando al Israel antitípico (la cristiandad) con sus mensajes de condena). En esa carta ellos decían: ‘No sabemos el contenido de la carta escrita por el Sr. Moyle ni nos importa el saberlo. Es suficiente para nosotros el saber que nuestro gran Dios, Jehová, se complace en usarlos a todos ustedes en su servicio, como les está mostrando con sus bendiciones’(WT 1940, 207).

Esta actitud puede parecer extrema a muchas personas, incluso a algunos testigos, pero eran la clase de declaraciones de lealtad ciega y sin sentido que querían tanto Rutherford como sus sucesores de parte del ‘ejército de langostas’ de testigos. En 1954, muchos años después del Caso Olin Moyle, Frederick Franz y Hayden Covington fueron más lejos al afirmar que los testigos de Jehová deben incluso aceptar enseñanzas falsas de parte de la Watchtower Society para poder ganar vida eterna. Como dijo Covington entonces, la sociedad buscaría ‘unidad a cualquier coste, debido a que creemos y estamos seguros de que Jehová Dios está usando su organización, al Cuerpo Gobernante de nuestra organización, para dirigirla, aunque hayan errores de vez en cuando.’

Libro Apocalypse Delayed; Págs. 80-83; Autor Dr. James Penton

¿No es una verdadera vergüenza la afirmación efectuada por Frederick W. Franz y Hayden Covington en 1954, justo un año antes de que se estableciera formalmente la Doctrina de Expulsión, que los testigos de Jehová deben incluso aceptar enseñanzas falsas del Cuerpo Gobernante para alcanzar la «vida eterna»? ¿Dónde deja el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová el pensamiento crítico individual y colectivo? ¿El Señor Jesús trató a sus discípulos directos así como a las multitudes que lo seguían como si fueran estúpidos e ignorantes?

Parece ser que el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová considera que sus miembros no tienen el suficiente coeficiente intelectual para poder sacar sus propias conclusiones y por ello imponen doctrinas que fomentan el control masivo del grupo mediante la represión individual, donde todos son vigilantes de todos, como lo es la Doctrina de Expulsión.

Parece ser que el Caso Moyle se mantuvo en la mente de Nathan Homer Knorr ya que en su posterior Administración se implementó formalmente la Doctrina de Expulsión como la conocemos en la actualidad y note que el fue uno de los que rubricaron el documento con que los representantes de la Watchtower humillaron públicamente al hermano Olin R. Moyle. 

¿No es exactamente lo mismo que los testigos de Jehová practican hasta nuestros días?

En los próximos artículos de la serie analizaremos las supuestas bases bíblicas de la Doctrina de Expulsión.