[De ws5/17  Julio 24-30]

“Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?” (Juan 21:15).

¿De qué se trata este artículo? La respuesta se encuentra en el párrafo 4.

Analicemos tres cosas que pueden debilitar nuestro amor a Cristo y a la congregación si no las mantenemos en el lugar que les corresponde: el empleo, las diversiones y las posesiones. – par. 4

Esto es lo que llamamos un «artículo de recordatorio». Todos necesitamos recordatorios, ¿no? ¿Sin embargo, si los recordatorios representa la suma total de nuestra enseñanza espiritual, entonces podemos realmente decir que estamos recibiendo una dieta espiritual bien redondeada al tiempo apropiado, por así decirlo?

Las cosas espirituales deben venir primero. Pero, ¿qué entendemos por cosas espirituales? ¿Qué quiere decir la Organización cuando habla de las cosas espirituales que deberían ser las primeras?

En el párrafo 9 se pregunta:

Para ello, conviene que nos preguntemos: “¿Siento que mi empleo es interesante y emocionante mientras que las actividades espirituales me parecen rutinarias o aburridas?”.  – par. 9

Asistía a reuniones desde la infancia y ahora tengo casi 70 años. Hubo un tiempo en que las reuniones eran interesantes. Pasábamos mucho tiempo estudiando las Escrituras. Pero todo cambió después de 1975. Las reuniones se volvieron repetitivas y monótonas. Había muchos artículos «recordatorios», como éste. Ser testigo se convirtió en vivir un estilo de vida particular. Se trataba de vivir mejor a través de la Organización mientras esperábamos que Dios destruyera a todos los demás y nos diera la abundancia de la tierra sola a nosotros, los testigos. Se trataba de poner a un lado la vida nuestra, para cosechar la mayor recompensa jamás. Nos convertimos en lo que podríamos llamar «materialistas espirituales». Hermanos y hermanas señalan a una hermosa casa mientras están en el servicio de campo y dicen: «Esa es la casa en la que quiero vivir después del Armagedón». La motivación no era el amor de Dios o el amor de Cristo. Se trataba de lo que iban a conseguir si seguían las reglas que la Organización estaba estableciendo.

No hay nada malo en creer que el Padre recompensará a aquellos que lo buscan encarecidamente. De hecho, es un requisito esencial de la verdadera fe. (Véase Hebreos 11:6) Pero si nos centramos en la recompensa y no en Él que nos recompensa, nos volvemos egocéntricos y materialistas.

Así que no es de extrañar que las reuniones se han vuelto repetitivas y aburridas. Puesto que la enseñanza es restringido entre parámetros muy estrechos, terminamos escuchando las mismas conferencias y los mismos estudios de Atalaya.

La predicación no es muy diferente. Tú tienes la opción de visitar a las mismas casas vez tras vez, donde por décadas has ido, o de parase calladamente en la calle al lado de un carrito de literatura mientras todo el mundo va pasando sin dar le cuenta de nada. ¿Es esto similar al ministerio dinámico en el que Pablo participaba?

Pero si tú intentas algo diferente, un métado nuevo, serás aconsejado a no «correr adelante» a la organización. Como mostró la Transmisión de Julio, cuando se consideró el inicio del carrito.  No se pudo hacer nada sin primero conseguir la aprobación del Cuerpo Gobernante.

El párrafo 10 habla de la ocasión en que Jesús visitó a María y Marta, y María escogió la porción buena sentándose a los pies del Señor para aprender. Qué maravillosas verdades debió haberle revelado. Sin embargo, la mayoría de los estudios de la Watchtower insisten en los relatos israelitas con poca atención enfocada en las cosas profundas de Dios reveladas por nuestro Señor.

Como me encantaba hablar de la Biblia cuando me reunía socialmente con amigos en la organización. Pero ya que entiendo que muchas creencias son producto de hombres, me retengo de habla liberalmente.  Ahora, dejo que los demás inician el tema de conversación.  El resultado ha sido iluminante y deprimente al mismo tiempo. Los testigos no hablan de la Biblia cuando están juntos. Cualquier discusión que consideren espiritual es acerca de la organización: La última visita del Superintendente Circuito, o el programa de la última asamblea de circuito, o una visita a Bethel, o algún proyecto de construcción «teocrático», o el nombramiento un miembro de la familia a un nuevo «privilegio de servicio». Y, por supuesto, la conversación está salpicada de observaciones acerca de lo cercano que esté el fin; cuan cerca está el Armagedón.

Y cuando uno trata de lanzar un verdadero tema bíblica, todos se callan, como si no saben de qué hablar. No es que no quieran aprender de la Biblia, sino que simplemente no parecen saber qué decir para contribuir a la charla, o teman aventurarse demasiado lejos de la senda batida del dogma de JW.org.

¡Que triste es!